El error que cometes al tirar el líquido del yogur

Es nutritivo, asequible y versátil. El yogur es un alimento con muchas posibilidades para combinar y acompañar en infinidad de platos en cualquier momento del día, pero no solo el yogur, también el líquido que lo acompaña, que no es otra cosa que el suero y que muchas veces solemos desechar.

El yogur es una leche fermentada con bacterias (Streptococcus thermophilus y Lactobacillus bulgaricus) que contiene 4,6 gramos de lactosa por cada 100 gramos, que es el azúcar natural de la leche.

Los yogures aportan proteínas de alto valor biológico, ácidos grasos esenciales y más del 60 por ciento de la ingesta diaria recomendada de calcio en la dieta española. Además aportan fósforo, magnesio, potasio, zinc, yodo y vitaminas A, D, B2 y B12.

SUERO DE DE LECHE

Lo que llamamos comunmente líquido del yogur no es más que su suero, que suele aparecer después del filtrado del yogur.

Cometemos un error cuando desaprovechamos este líquido de gusto un poco ácido porque tiene aplicaciones muy interesantes, además de un gran aporte de vitaminas, proteínas como la alfa-lactoglobulina y beta-lactoglobulina, calcio, y fósforo. Tampoco deberíamos tirar la salmuera de los envases de queso fresco y de la mozzarella. De hecho este líquido es utilizado en la industria alimentaria para elaborar productos como las barritas nutritivas.

UTILIDADES

Para quienes elaboran sus propias masas de pan o pizza, este líquido ligeramente ácido es perfecto para utilizar en su elaboración sustituyéndolo por la cantidad proporcional de agua. De la misma manera se puede aprovechar para hacer bizcochos. En este caso basta con mezclar los ingredientes -huevos, azúcar, aceite o mantequilla- que vayamos a usar y unos 250 gramos de este suero .

También se puede emplear para hacer batidos de frutas, vinagretas para ensaladas, limonadas, incluso flanes.

Hay quien incluso lo utiliza para marinar las pechugas de pollo y que no queden tan secas.

Beneficios de incluir en la dieta alimentos fermentados

Una dieta rica en alimentos fermentados aumenta la diversidad de la microbiota intestinal y disminuye los signos moleculares de la inflamación, según un estudio de la Facultad de Medicina de Stanford (Estados Unidos) en la revista 'Cell'.

El consumo de alimentos como el yogur, el kéfir, el requesón fermentado condujo a un aumento de la diversidad microbiana general, con efectos más fuertes de las porciones más grandes.

"Se trata de un hallazgo sorprendente --reconoce el doctor Justin Sonnenburg, profesor asociado de microbiología e inmunología--. Proporciona uno de los primeros ejemplos de cómo un simple cambio en la dieta puede remodelar de forma reproducible la microbiota en una cohorte de adultos sanos".

Además, cuatro tipos de células inmunitarias mostraron una menor activación en el grupo de alimentos fermentados. Los niveles de 19 proteínas inflamatorias medidas en muestras de sangre también disminuyeron. Una de estas proteínas, la interleucina 6, se ha relacionado con enfermedades como la artritis reumatoide, la diabetes de tipo 2 y el estrés crónico.

Los resultados pintan un cuadro matizado de la influencia de la dieta en los microbios intestinales y el estado inmunitario. Por un lado, los que aumentaron su consumo de alimentos fermentados mostraron efectos similares en la diversidad de su microbioma y en los marcadores inflamatorios, lo que coincide con investigaciones anteriores que muestran que los cambios a corto plazo en la dieta pueden alterar rápidamente el microbioma intestinal.