Le pide matrimonio a su novia en un paraje de película y, al grabarlo, pega un grito por lo que ve detrás de ella: "¡Mira eso!"

Las pedidas de mano ya no son solo cuestión de amor, sino también de producción audiovisual. Grabar una pedida de mano se ha vuelto en una tradición contemporánea. Todo tiene que salir perfecto delante de la cámara: el entorno, la reacción, el anillo... Sin embargo, hay ocasiones en las que lo más inesperado está fuera del encuadre.

Esto ha sido lo que le ha ocurrido a una joven pareja en Estados Unidos. Su vídeo se ha hecho viral en TikTok con casi 6 millones de reproducciones y un millón de me gusta. Las imágenes muestran a Kenlyn, la chica que recibe el anillo, muy ilusionada. Una escena romántica hasta que el que se arrodilló gira la cámara y muestra a su mejor amigo en el río. 

El perro roba el protagonismo de la pareja, dándose un chapuzón en el río, pero da la casualidad que "está bajando por los rápidos". Los rápidos son secciones donde hay una pendiente más pronunciada y el agua va más rápido y cuesta más salir nadando.

La reacción de los usuarios ha sido muy variada. Mientras algunos comentan lo emotivo del momento, otros usuarios se han centrado en Scout, el golden retriever. Algunos comentarios dicen: "Yo llorando con la pedida y luego gritando ¡El perro!", " Scout dijo que es ella o yo (adiós)".  

La pareja en la descripción del vídeo, dice que el perro está sano y salvo, "Lo recuperamos, no os preocupéis".  Afortunadamente, la historia tuvo final feliz, ahora solo queda celebrar la boda. 

¿Es necesario grabarlo todo?

El vídeo de la pedida de mano deja, de nuevo, de manifiesto un debate recurrente cada vez que se presencian este tipo de escenas en redes sociales: ¿es necesario grabar el sí quiero? ¿Hasta qué punto se planifica estos momentos pensando más en las redes sociales que en el acto en sí? 

Las pedidas de mano han ido evolucionando con el paso de los años. De ser algo íntimo y privado, muchas han pasado a convertirse en producciones profesionales, con la finalidad de compartirlo en internet. Se usan drones, videógrafos, discursos dignos de guionistas y decorados de película. Algunas llegan a parecer campañas publicitarias. 

Grabar el momento tiene sentido para volver a revivir el recuerdo e incluso enseñárselo a la familia, si todo va como se espera... Pero también hay quien se pregunta si la presión por hacer el vídeo "perfecto" no resta lo auténtico del momento. 

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En cualquier caso, en un mundo donde el amor parece haberse convertido en algo solo superficial, vale la pena recordar que no siempre es necesario un plan de rodaje ni cámaras.

 A veces, ir a cenar a un restaurante, contratar a unos músicos, dar un paseo por la playa, unos pétalos por la casa con velas o incluso un momento espontáneo, torpe y vergonzoso entre la multitud o amigos, es mucho más valioso que cualquier vídeo perfecto. 

Lo realmente importante es valorar el amor que se siente por la persona a quien pides pasar el resto de tu vida más que preocuparse por los likes.   

Desde luego, lo de Scout fue completamente inesperado, y ahora esta pareja estadounidense cuenta con una anécdota inolvidable.