Cómo evitar las compras del pánico

Aquellas que dejan los viales vacíos y tensan más la ya complicada situación que provoca una crisis como el apagón del 28 de abril

Decenas de personas cargadas con provisiones durante la pandemia
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Cómo podemos evitar las compras llamadas del miedo cuando ocurre una catástrofe

Raquel Pérez Polo

Madrid - Publicado el - Actualizado

6 min lectura

Hoy se cumple un mes del apagón sin que todavía conozcamos oficialmente las causas. Sí tenemos claras las consecuencias para la población. Tras este último evento histórico, gobierno y supermercados están elaborando un protocolo de actuación para situaciones de crisis. Evitar las compras de acopio es uno de los objetivos de este protocolo que la Unión Europea también quiere explorar. Y es que los supermercados han contado hasta 10 crisis en los últimos 5 años.

La pandemia, la dana, el volcán, la borrasca Filomena, los paros e incluso las amenazas de paros en el transporte, la subida de precios de los alimentos, la movilización de los agricultores, la guerra de Ucrania, el apagón…, cualquier cambio brusco, cualquier amenaza nos pone en modo supervivencia y nos conduce directamente a los supermercados para hacer acopio de aquellos productos que creemos que podemos necesitar y tememos que puedan desaparecer. Son las compras del pánico que dejan los viales vacíos y tensan más la ya complicada situación que provoca la crisis.

 EL MODO SUPERVIVENCIA  

"Es un mecanismo natural del ser humano", explica la psicóloga Mónica Pereira. “Cuando se produce una situación que percibimos como peligrosa, nuestro cerebro se pone en modo defensa-ataque o al final es huida-parálisis o ataque. Como ante una situación del tipo se apaga la luz y no tenemos manera de comunicarnos con el resto del mundo y no sabemos cuándo va a volver, lo que hace mi cerebro es intentar protegerme de posibles consecuencias de esa situación. Si me pongo en modo supervivencia, ¿qué es lo primero que necesitamos para sobrevivir? Comida, bebida, por eso vamos. Esa es la primera respuesta posible ante este tipo de situaciones. Buscar mantener mi seguridad de la mejor manera posible”.

Estas “compras del pánico” se repiten en cada desconcertante nuevo episodio dejando los viales de los supermercados vacíos.

Cinco años y 10 crisis después, el Gobierno se sienta con distribuidores y supermercados para elaborar un protocolo que evite o al menos minimice las consecuencias del acopio.

“Esto es un problema en sí mismo-asegura a cope.es el secretario general de ASEDAS, Ignacio García Magarzo- primero, porque es innecesario en un país como el nuestro, que tiene una distribución tan eficiente, en la que hay un formato de proximidad, que es el que representa prácticamente el 60% de la compra de alimentos, y, por tanto, todos tenemos muy cerca de nuestra casa un lugar donde hacer una compra completa de alimentación, es innecesario acopiar. Porque, afortunadamente, la distribución pone a nuestra disposición esos productos siempre, todos los días y en condiciones óptimas. Claro, si nos llevamos más de lo que necesitamos, estamos tensando la cadena de suministros, como nosotros la llamamos, estamos generando un problema añadido al problema que ya se está dando. En el COVID, durante los paros de transporte en la DANA, ciudadanos que no necesitaban o que no tenían por qué hacer acopio lo hacían. Y eso aumenta el problema logístico, aumenta el problema de transporte”.

 ¿SE PUEDE FRENAR EL DESENFRENO?  

Afortunadamente en España no ha habido problemas de desabastecimiento en los supermercados. Los lineales vacíos se volvían a llenar pasadas unas horas. “Nosotros pensamos que la experiencia de estos años, en donde hemos salido con mucha fuerza y garantizando el abastecimiento de situaciones muy complicadas-afirma el director general de la Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados, lo que aconsejan es que entre todos tengamos claro cómo actuar ante los imprevistos. Hemos demostrado que somos capaces de hacerlo con una gran flexibilidad, y evitar daños para los consumidores y riesgos.

Pero es verdad que en cada circunstancia nos hemos encontrado con problemas de transporte de carga y descarga de suministro de la energía, con problemas de acopio provocados por la falta de información de los consumidores. En base a la experiencia que ya hemos vivido, deberíamos tener un protocolo donde hubiera una serie de actuaciones automáticas cuando se producen esas situaciones”. Y ya han comenzado las conversaciones para darle forma.

 EN CONTACTO CON EUROPA  

El sector español está en contacto “con las organizaciones de otros países de Europa y, efectivamente, en otros estados también se trabaja. La Comisión Europea ha presentado una iniciativa de un reglamento de resiliencia donde habla de la necesidad de establecer estos protocolos y, en función de los estados, unos están poniendo más el énfasis en la energía y otros en la movilidad. España es un país que ha demostrado ya que tenemos una gran capacidad de hacer frente a estas crisis, pero es verdad que de otros países también podemos aprender el trabajo que ellos están haciendo y, entre todos, si somos capaces, elaborar esos protocolos que garanticen que en el futuro somos capaces de actuar con una mayor previsibilidad frente a estos problemas”.

Por el momento, a parte de los contactos con otras organizaciones de países europeos, también están poniendo negro sobre blanco las necesidades en nuestro país, para hacer las propuestas oportunas al Gobierno.

 ¿QUÉ NOS TRANQUILIZA A LOS CIUDADANOS?  

Cuando la Unión Europea nos recomendó hacernos con un kit de superviencia, en España nos lo tomamos un poco a broma. Pero nos explica la psicóloga Mónica Pereira, los hubiésemos agradecido en el apagón, por ejemplo. “En Latinoamérica, que hay muchos eventos causados por la naturaleza, la mayoría de la gente tiene su kit de emergencia.  Entonces no tienen esa locura porque tienen el kit de emergencia. Nosotros, como hasta ahora vivíamos una cada 20 años, no lo veíamos necesario. Al final, esto es una cuestión de prevención. Dependiendo del riesgo, así prevenimos y tenemos preparadas las cosas para no tener que actuar a última hora”.

La idea es que cada uno piense en lo que necesitaría en una situación así, porque igual que los supermercados, nosotros también hemos acumulado experiencia de las distintas crisis. “Igual no nos hace falta un kit de comida militar, -explica-pero cosas como el tema de la radio, las pilas, igual sí. Porque ya no vivimos en un mundo que nos parece tan seguro como nos parecía hace unos años. Desde el punto de vista psicológico, tener un kit de supervivencia, comida no perecedera, tampoco para 50 días, pero bueno, tener esa seguridad. Si la gente no se vuelve loca porque sabe que está preparada, es decir, si yo no tengo que salir ahora porque no tengo agua en casa y tengo que pegarme con 50.000 para coger agua, estoy más tranquila y no tengo una percepción de peligro tan grande".

Y muy importante es recibir información veraz “de una fuente fiable, de un comunicador que nos de confianza, no de un político”, y esa información debe ser continuada “no requiere que cada vez que informemos haya nuevas noticias. Lo que necesita el ciudadano saber es que se está haciendo algo. A veces la información es no hay información. Pero necesito escuchar que no hay nueva información porque yo estoy haciendo esto, esto, esto y esto y todavía no ha dado resultado. Y si no tengo información, me la invento”.

Se habla siempre de que lo primero que desaparece de las estanterías en los supermercados, es el agua y el papel higiénico y es cierto, nos confirma Ignacio García Magarzo “como ejemplos de los productos que ocupan mayor volumen y, por tanto, la gente piensa que se terminan antes”. Otro asunto sobre el que indagar.

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