Elena Turrión

A sus 17 años, el joven burgalés Alejandro Quecedo está convencido de que la lucha juvenil contra la crisis climática "no solo debe hacer ruido en las calles, sino proponer soluciones desde las aulas", y con ese fin ha impulsado un programa de becas escolares para proyectos medioambientales a través de la ONG SEO/Bird Life.

Como presidente de la junta infantil y juvenil de esta organización ambiental española, la única que cuenta con un órgano de decisión para los socios menores de edad, Quecedo ha asistido esta semana a la reunión del presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, con los representantes de las principales organizaciones ecologistas del país.

En el encuentro, que se enmarca en la ronda de contactos que Sánchez está manteniendo con colectivos sociales para conocer de primera mano sus prioridades, este estudiante de bachillerato, nacido en Burgos, insistió en la necesidad de "actualizar los temarios escolares para fomentar el compromiso de los más jóvenes con la naturaleza".

"Estamos viendo que la concienciación con la crisis climática y la pérdida de biodiversidad no nace en los colegios ni en los institutos, los estudiantes se involucran con estas causas a través de otros medios como las redes sociales", cuenta Quecedo a EFE.

Para fomentar el compromiso ambiental desde la educación, la junta juvenil de SEO/BirdLife, compuesta por cinco miembros, propuso la creación de las Becas Eduardo de Juana de ayuda a la investigación y la conservación de las aves, dirigidas a estudiantes de entre 15 y 18 años matriculados en centros educativos españoles.

El objetivo es que "los estudiantes salgan a la naturaleza, conozcan de primera mano su hogar y los problemas de su entorno y participen en la búsqueda de soluciones", señala Quecedo, quien señala que en el nuevo curso lectivo, que comenzará en septiembre, se abrirá la segunda convocatoria de estas becas de hasta 800 euros por proyecto.

En la primera edición, su instituto de Briviesca (Burgos) diseñó "un proyecto para el control de plagas a través de casas nido", cuenta el joven, quien destaca que los participantes pudieron comprobar que los problemas ambientales "no son algo ajeno y lejano que solo afecta a los osos polares en el Ártico, sino una cuestión que va a repercutir en su día a día y contra la que hay que actuar".

A la hora de movilizar a los jóvenes frente a la crisis climática, Quecedo califica el movimiento juvenil por el clima Fridays For Future (FFF) como "vital" porque ha situado la cuestión en "lo alto de la agenda informativa y política mundial".

No obstante, el ecologista considera necesario que los estudiantes "además de quejarse los viernes, piensen en cómo contribuir a frenar la crisis climática el resto de la semana", motivo por el que se unió a SEO/BirdLife -la más veterana de las ONG conservacionistas españolas- para "participar activamente en la defensa de las aves".

Esta organización "da prioridad a la conservación de los espacios para mantener las especies", cuenta Quecedo, tras recordar que un millón de animales y plantas se encuentran en riesgo de extinción, según los datos de la Plataforma Intergubernamental en Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos.

En el futuro le gustaría estudiar Historia o Filosofía y seguir con el activismo ambiental "porque estamos viendo que las evidencias científicas no bastan para concienciar a la sociedad de este problema, y creo que la comunicación y otras ramas del conocimiento pueden ayudar en esa tarea".

Lo esencial para él es que "se escuche a todas las voces en la crisis climática y que todos rememos en una misma dirección" en esta lucha en la que "la tenacidad de los más jóvenes constituye su principal motor".