El novillero Marcos Linares renueva su crédito en la Maestranza de Sevilla

Álvaro R. Del Moral

La novillada con picadores celebrada esta noche en la plaza de la Maestranza, quinta de las programadas en el abono sevillano, ha vuelto a servir para revelar las verdaderas posibilidades de Marcos Linares en una noche en la que también caló la entrega de Álvaro Burdiel e interesó la solvencia del debutante portugués Diego Peseiro.

Peseiro lidió en primer lugar un novillo manso y manejable al que supo sujetar en una labor asentada, solvente y entregada que tuvo su centro en dos templadas y firmes tandas al natural. El espadazo fue fulminante pero a la petición de oreja le faltó fuelle y acabó dando la vuelta al ruedo.

Con el cuarto, un novillo brusco que nunca remató los viajes y se mostró a la defensiva, pasó demasiado tiempo en la cara en una faena voluntariosa que se acabaría pasando de rosca.

Álvaro Burdiel, sevillano recriado en Madrid, lidió un segundo sardo muy protestón que sí tuvo la virtud de humillar en los engaños. La labor de Burdiel, reunida y entregada, comenzó y concluyó de rodillas aunque le pudo faltar un punto de mando en su fase central mientras el animal se mostraba cada vez más remiso.

Le quedaba el quinto, un utrero bronco y descompuesto, al que toreó con encomiable firmeza desde que se abrió de capa. Fue un trasteo verdaderamente comprometido que iba a acabar por meter en la canasta al brusco novillo de Albarreal, al que terminó toreando con autoridad y mando en una faena rematada con naturales a pies juntos y un arrojado espadazo.

El máximo interés del festejo estaba en la vuelta de Marcos Linares que se había alzado cómo triunfador del Circuito de Novilladas de Andalucía el pasado 14 de mayo en esta misma plaza pese a estoquear un único novillo por resultar herido. El público, tirando de memoria y sensibilidad, le sacó a saludar tras romperse el paseíllo.

Su faena al remiso tercero fue un dechado de capacidad, compostura y entrega en la que no faltó el sentido de la expresión hasta exprimir por completo una embestida que había que consentir y hacer. Linares se explayó sobre ambas manos pero dejó media estocada caída que iba a enfriar la petición de la oreja que se había ganado con capote y muleta.

Con el sexto, un animal de embestidas desentendidas y que marchó siempre a su aire iba a mostrarse solvente y capaz. La cosa tampoco daba para más.

FICHA DEL FESTEJO.- Seis novillos de Albarreal, desigualmente presentados. El primero resultó manso pero manejable; protestón y a menos el segundo; remiso y espeso aunque potable el tercero; brusco y a la defensiva el cuarto; bruto y descompuesto el quinto e insulso el sexto.

Diego Peseiro, vuelta al ruedo tras petición insuficiente y silencio

Álvaro Burdiel, palmas y vuelta al ruedo tras leve petición.

Marcos Linares, vuelta al ruedo tras petición insuficiente y silencio.

La plaza registró menos de media entrada en tarde noche calurosa. EFE

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