Según el comunicado emitido por Carlos Ochoa a través de sus perfiles en las redes sociales, este adiós a los ruedos viene motivado porque no está dispuesto a "pagar el peaje" que han pagado tantos toreros, en especial su gran amigo Víctor Barrio, que perdió la vida por una trágica cornada en Teruel hace poco más de dos años.

"A mi parecer, un hombre que no está dispuesto a jugarse la vida, en el sentido literal de la palabra, nunca debería enfundarse un vestido de torear. Lo primero, porque eso sería engañar a la gente que paga una entrada por verle, sería engañar al toro que entrega su vida y sería engañarse a uno mismo", recoge la nota.

Por esta razón ha decidido retirarse, sin que haya otra razón más, y alega que siempre ha caminado en la profesión "por derecho y con toda la verdad", y por eso, por el respeto que le profesa al mundo taurino, "si no estoy dispuesto a jugarme la vida, no debo volver a vestirme de torero", remarca el madrileño.

Ochoa (Madrid, 1997) era uno de los novilleros más prometedores del actual escalafón. Triunfador del certamen sin caballos "Camino hacia Las Ventas" de 2015, este pupilo de la escuela taurina de Madrid debutó con picadores en 2016.

Ese mismo año comenzó una carrera en la que llegó a alzarse con galardones tan prestigiosos como el de triunfador de la feria de Arganda del Rey (Madrid) de 2017 o el de mejor faena del Alfarero de Oro de Villaseca de la Sagra (Toledo) del mismo año.

En Madrid se presentó en el 27 de septiembre de 2017, en plena Feria de Otoño, ante novillos de El Ventorrillo. Desde aquella tarde ha trenzado el paseíllo en la Monumental madrileña en tres ocasiones, las tres este año: el 8 de abril, el 8 de mayo (en San Isidro) y la última, el pasado 10 de agosto, en el marco del certamen de novilladas nocturnas de promoción.