Cuando Joseba tenía 13 años, quiso comprarse una moto. En casa le dejaron claro que, si la quería, se la tenía que pagar, así que se puso a echarle horas en el restaurante familiar de Zarautz. Aquellos fogones fueron testigos del despertar de una pasión. Descubrió que se le daba bien, se animó a formarse y muy pronto lo tuvo claro: su vida iba a girar alrededor de la cocina.

Se reconoce disfrutón. Le encanta comer los platos de siempre, esa cocina más casera y tradicional, formada por alimentos de primera calidad y en la que también hay espacio para innovar sin perder la esencia.

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Chef, repostero y panadero, Joseba Argiñano comparte en su primer libro sus mejores recetas, dulces y saladas, tradicionales y exóticas y para cualquier ocasión <salpimentadas> con vivencias personales. Todo ello lo explicó el hijo de Karlos Arguiñano en una entrevista con los compañeros de 'Oído Cocina'.

Joseba y Karlos Arguiñano dentro de la cocina

Ahora, en la web de 'Vanitatis', Joseba ha explicado cómo es el día a día, junto a su padre en la cocina de casa, cuando las cámaras de televisión están apagadas. En este sentido, el joven cocinero ha señalado que su padre: "El 'aita', más que un jefe, es un animador, así que es difícil discutir con él".

En este sentido, Joseba reconoce que su padre sigue manteniendo la exigencia, aunque se esté cocinando en la cocina familiar, aunque pide que cada uno dé su toque personal: "Es exigente con los platos, pero no le interesa tanto ser duro como que cocinemos a nuestra manera y hagamos bien las cosas. En casa es otro cantar. Como todos tenemos un paladar muy crítico, si se te va la sal o se te agarra un guiso todo el mundo se entera".

Sobre lo que ha aprendido de su padre, Joseba destaca el respeto por la profesión siempre que se mete en una cocina: "El respeto al oficio y la importancia de elegir bien el producto. En mi casa siempre me han inculcado la importancia del qué, cómo y cuándo comprar, saber cuál es el mejor momento para traer las fresas, los hongos, las buenas verduras. Si no tienes una buena harina es difícil que te salga un buen pan, si la mantequilla es mediocre es difícil sacar un buen dulce".

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En otra de las respuestas, el hijo de Arguiñano ha señalado algunas manías que tiene cada vez que se mete en la cocina, algunas, que más que manías son hábitos, han sido inculcadas por su tía Eva, hermana de Karlos Arguiñano: "La limpieza y el orden, que me inculcó mi tía Eva. Otra es que siempre cocino con la radio puesta. Igual escucho una tertulia de fútbol que un mix de música: pop, soul, clásica. Me gusta todo".