Un peluche de la infancia y una llamada inesperada en su juventud que lo cambió todo: la apasionante y desconocida vida de Jane Goodall
La etóloga más famosa ha muerto este 1 de octubre a los 91 años y en COPE recordamos su trepidante vida hasta llegar a ser un personaje público

Jane Goodall
Publicado el - Actualizado
3 min lectura
La etóloga británica Jane Goodall, considerada la mayor experta mundial en chimpancés, ha fallecido a los 91 años en California (Estados Unidos) y por "causas naturales", según confirmó el Instituto Jane Goodall en un comunicado en redes sociales.
Todos la recuerdan por su amor a los chimpancés y su impecable trabajo, que le llevaron a ser mensajera de la paz de la ONU y una de las activistas por los derechos de los animales más famosa del mundo.
Sin embargo, pocos saben que su vida estuvo llena de otras aventuras que le llevaron a ser, sin ella saberlo, el personaje público que terminó siendo. Una serie de casualidades que acabaron llevando a Jane Goodall a la palestra y a dedicar su vida entera a los chimpancés.
Todo comenzó en su infancia y, sin esperarlo, acabó con una llamada inesperada que la llevaría a África.
Un peluche de infancia que lo cambió todo
Jane nació en Londres en 1934 en el seno de una familia con posibles. Su padre era Mortimer Herbert Morris-Goodall, un hombre empresario, y su madre Margaret Myfanwe Joseph, una afamada novelista.
Fruto de los múltiples viajes de sus padres, recibió un regalo que lo cambiaría todo y que, sin querer, presagió la profesión que acabaría desarrollando: un chimpancé de peluche. A este adorable muñeco lo llamó Jubilee y con él comenzó su amor por los animales.

Jane Goodall
Poco a poco,, a ese pequeño animal de peluche le fue cogiendo un cariño que traspasaba fronteras y, como recordaría más tarde, era un muñeco que horrorizaba a las amistades de su familia, que solían expresarle que tendría una pesadilla.
Pero nada más lejos de la realidad, el peluche acabó por convertirse en un sueño: estudiar a los chimpancés y dedicar su vida a ellos.
Una llamada inesperada que lo cambió todo
Jane siempre supo que su destino estaba en África, donde podría conocer de cerca a esos animales tan interesantes y a los que podría estudiar de cerca, creando nuevas teorías que a día de hoy trascienden.
Así pues, hizo su primer viaje en plena juventud, alojándose en una granja keniata propiedad de una amiga suya. Supo que era el punto de partida y que, si quería demostrar que los chimpancés tenían mucho que ver con los hombres, tenía que empezar a hacer llamadas.
Jane levantó el teléfono y llamó al arqueólogo y palentólogo de Kenia Louis Leaky, y se emplazaron para hablar sobre animales. Sin saberlo, su destino cambiaría, ya que él le propuso que ella trabajase para él como secretaria.

La científica británica del comportamiento Jane Goodall con sus chimpancés.
Así fue como su vida cambió y de Kenia se trasladó a Tanzania, donde comenzaría la aventura más fascinante de su vida. Después de asentarse en el país, viajó varias veces a Londres para estudiar de cerca el comportamiento primate, y en 1960 consiguió (tras la recaudación de fondos de Leaky) estudiar a los chimpancés en la reserva de Gambe, en Tanzania.
Ahí comenzaría su primer proyecto de investigación, al cual se sumarían distintos investigadores a lo largo de los años, pues lo que iba a durar seis meses, acabó durando sesenta años.
Poco a poco, los resultados de sus investigaciones fueron dando sus frutos y conquistando a toda la comunidad científica, que veía en ella un potencial enorme de activista animalista. En 1965, tras múltiples investigaciones y publicación novedosas sobre los chimpancés, se doctoró en Etología, y así comenzaría su carrera universitaria, que la llevaría a ganar el Premio Príncipe de Asturias en 2003.