Hay robots capaces de hacer ya un sinfín de trabajos de forma eficiente y máquinas invencibles en la gestión de datos. Cada vez más aplicaciones están centradas en cómo pensamos o nos comportamos pero la Inteligencia Artificial tiene aún retos pendientes y está lejos de la inteligencia humana. El mayor de estos retos es lograr que la tecnología logre el conocimiento del mundo que tenemos las personas, que comprendan el contexto en el que interactúan e incluso nuestros sentimientos.

Trabajando en Inteligencia Artificial desde hace 33 años en Estados Unidos está la española Yolanda Gil. Es directora del Instituto de Investigación en Tecnologías del Conocimiento y Ciencias de la Información de la Universidad del Sur de California y ahora está en Madrid para participar en el Simposium que cada año organiza la Academia Europea de las Ciencias y que en esta edición organiza la Universidad Politécnica de Madrid. 

Y es que actualmente “tú puedes utilizar un servicio con inteligencia artificial para mandar flores a tu madre online pero ese servicio nunca va a saber lo que es una madre y por qué es importante que esas flores lleguen a su casa” explica Gil en una entrevista con COPE.

Actualmente al frente de la Asociación para el Avance de la Inteligencia Artificial, esta investigadora española explica que ya hay muchos proyectos destinados a incorporar en esta tecnología información relevante en la toma de decisiones relativas al mundo que nos rodea, sobre el sector profesional, las preferencias de la persona, los productos que compramos o nuestros actores favoritos entre un millón de colecciones de datos y entornos.

“Todo este tipo de conocimiento del mundo que sirve para distintos tipos de aplicaciones es muy dificil de representar y es muy difícil de coleccionar y de capturar de forma que un ordenador lo pueda entender y estamos trabajando en eso muy intensamente. Cuando tengamos éxito en esta dirección veremos sistemas de inteligencia artificial mucho más efectivos, inteligentes que nos ayudan mucho más en la vida y en nuestro trabajo” asegura Gil.

Entretanto la Inteligencia Artificial la usamos con el móvil y es muy útil también para la ciencia especialmente en el análisis de datos aplicada a la hidrología, la agricultura, la biomedicina, la genómica, la neurociencia ya que según explica esta científica “pueden hacer cruces de datos antes insospechados y en un tiempo récord” facilitando la toma de decisiones.

¿Y la ética y los puestos de trabajo que suprimirá tanto avance tecnológico? No niega que hay riesgos que aseguran analizan en cada fase de desarrollo pero Yolanda Gil es optimista. Confía en que los avances se usen  para “ayudarnos a tomar decisiones correctas y adecuadas e incluso a ser mejores personas”.

Considera que los progresos en Inteligencia Artificial contribuirán a encontrar soluciones a enfermedades como el Alzheimer o a problemas medioambientales derivados del cambio climático que hoy no los tienen y que los nuevos sistemas nos pueden ayudar también a resolver muchos problemas que tenemos en nuestra vida cotidiana por ejemplo en el ámbito doméstico.

“Tú imagínate que sacas un robot de la caja en la que te lo han vendido y que tiene que entender que éste es tu perro y éste tu niño y que si llega otro niño por la puerta no es el tuyo. Que empiece a entender cómo funciona tu casa y cuales son las costumbres, qué cosas te gustan, cuándo quieres que alguien abra la puerta y cuándo no quieres que el niño abra la puerta” subraya.

Algo que como para el concepto de madre requiere para ser realidad requiere aún de muchos avances y muy complejos pero que esta investigadora ve posible en no tanto tiempo porque como señala “hace 30 años no imaginábamos que podíamos tener Internet ni hace 20 que nuestro teléfono contestaría a las preguntas que le hacemos”.