Esta es la respuesta que se genera en nuestro cerebro frente a una situación traumática
Las consecuencias de un trastorno postraumático no son siempre psicológicas y cada persona los vive de una manera diferente. Los psicólogos aseguran que la solución es ir a terapia

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Madrid - Publicado el - Actualizado
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Los sucesos traumáticos, en los que sentimos que nuestra vida corre peligro o que nuestra integridad ha sido dañada, pueden causar que desarrollemos un trauma. Esto puede ocurrir en cualquier momento de nuestra vida (tanto de adultos como de niños), incluso pasados años del momento traumático y cada persona lo sufre de una manera diferente. Aquí entra en juego la amígdala cerebral, relacionada con la gestión de las emociones, sobre todo con las asociadas a la supervivencia. En los casos en que los efectos causados por el trauma se prolongan en el tiempo, las personas padecen un TEPT (trastorno de estrés postraumático). Este trastorno se puede sufrir de diferentes maneras, entre las que destacan:
Los expertos explican que el hecho de que una persona no pueda llevar una vida normal al sufrir un trauma se debe a la diátesis-estrés. Una teoría psicológica que explica cómo los trastornos aparecen de la combinación de la vulnerabilidad y el estrés vivido. En este momento, la amígdala deja al cerebro en un estado de alerta, generando ansiedad aunque el peligro ya no exista. Nuestra mente se retroalimenta de lo que nos provocó el trauma, es decir, de manera inconsciente no dejamos de recordar y revivir el momento.
Nuestro cuerpo es más sensible al estrés
Al vivir un suceso traumático, nuestro sistema de alarma cerebral se activa. Este tiene tres opciones de actuación: luchar, huir o bloquearse. Una enorme cantidad de hormonas del estrés se liberan y preparan a nuestro cuerpo para el peligro. Si la respuesta al miedo (proporcionada por el sistema límbico) se vuelve habitual, las personas acaban desarrollando un trastorno psicológico. Es por este motivo por el que, aunque ya no estemos en peligro, nuestro cuerpo es más sensible al estrés externo y se encuentra en un estado de ansiedad continuo.
No es raro que las personas que sufren un estrés diario desarrollen problemas de memoria y concentración, puesto que parte del hipocampo ha muerto. Los expertos resaltan que la memoria es muy importante para comprender y gestionar nuestras emociones, así como a tener un punto de vista más positivo. Los individuos que sufren de traumas se acostumbran a percibir cualquier situación nueva como un miedo o amenaza, antes que pensar que puede ser algo beneficioso. Así que, al toparse con algo estresante, su respuesta fisiológica y neurológica será con una ansiedad excesiva de la que se genereraría en una persona sin este tipo de trastorno.
Muchos psicólogos comentan que hay personas que deciden no pedir ayuda porque sus síntomas desaparecen al cabo del tiempo, aunque existe la posibilidad de que vuelvan a parecer en algún momento. Además, no todos los efectos causados por un trauma son siempre psicológicos, por lo que es complicado que una persona determine que tiene un TEPT. Así que, en definitiva, es muy importante que los individuos que hayan vivido una situación traumática acudan a un psicólogo y psiquiatra que les diagnostique y les ayude a superar el miedo y la ansiedad que se han apoderado de su vida.



