España, uno de los países europeos con mayor riesgo de muerte por resistencia a los antibióticos
El estudio más reciente cifra en 24.000 los fallecidos en 2023

Carlos Fernández, farmacéutico: "Es más habitual que la gente acuda a la farmacia con receta para los antibióticos"
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Sin antibióticos eficaces para tratar o prevenir infecciones, el éxito de intervenciones sanitarias como el trasplante de órganos, la quimioterapia o la cirugía pueden verse seriamente comprometidos. El de las bacterias multirresistentes a antibióticos es un problema global, pero España no sale bien parada en la Unión Europea. Somos uno de los países de nuestro entorno con más infecciones de este tipo y, lo que es peor, con mayor mortalidad.
Es un problema que, por desgracia, va a más y que provoca entre 3.000 y 4.000 muertes al año, según las últimas cifras oficiales del Plan Nacional frente a la Resistencia a los Antibióticos. Estudios más recientes y completos pintan un panorama aún más complicado. Según una investigación del área de Enfermedades Infeccionas del CIBER, el Centro de Investigación Biomédica en Red, solo en 2023 más de 170.000 pacientes ingresados en hospitales sufrieron este tipo de infecciones y, de ellos, 24.000 murieron en los 30 días que siguieron al diagnóstico.
España uno de los países europeos con mayor riesgo
Más de 4 pacientes de cada 1000 que ingresan en un hospital en España están infectados con estas bacterias multirresistentes, menos de la mitad se infectan en el propio centro hospitalario. De todas ellas, el 14 por ciento fallece al mes al no hacerles efecto ningún antibiótico. En el origen de este problema un mal uso de estos fármacos cuyo consumo en España sigue siendo 4 puntos superior a la media europea.

España uno de los países europeos con mayor riesgopor el abuso de los antibióticos
El consumo de antibióticos ha caído en nuestro país un 6,7 por ciento entre 2019 y 2022, frente a un 2,5 por ciento en el conjunto de la Unión Europea. Registramos una de las mayores reducciones pero hoy todavía somos el país europeo con la séptima mayor tasa de consumo de estos fármacos: 21,7 dosis diarias definidas por cada mil habitantes frente a 17,8 en los países vecinos, según recoge el informe “Panorama de las resistencias microbianas y nuevos antibióticos” del Consejo General de Colegios Farmaceúticos.
Desde que se implementó el primer Plan Nacional frente a la Resistencia a los Antibióticos en 2014, España ha sido el tercer país europeo con mayor reducción del consumo de antibióticos en salud humana (-17 por ciento) y el primero en sanidad animal (-69,5 por ciento) y, en el ámbito hospitalario, el consumo está ligeramente por debajo de la media europea (1,52 dosis vs 1,60 dosis), según recoge el mismo documento. Es positivo, pero sigue siendo insuficiente según constatan los expertos.
“En el mundo estamos al mismo nivel que los países que tienen baja o media renta que son los que tienen mayores problemas de resistencias a los antibióticos. De seguir por la misma senda que hasta ahora, nuestro país incumplirá los objetivos de la Unión Europea”, asegura el jefe del servicio de Microbiología del Hospital madrileño Ramón y Cajal Rafael Cantón.
La Unión Europea que ha fijado como objetivo reducir el consumo de antibióticos un 27 por ciento en el conjunto de los países miembros en 2030 con respecto a 2019 y la Organización Mundial de la Salud (OMS) busca reducir un 10 por ciento la mortalidad de aquí a 2030, según las metas actualizadas en mayo de 2025. Actualmente alrededor de 700.000 personas mueren al año en el mundo a consecuencia de este problema que, según Naciones Unidas, podría provocar más de 10 millones de muertes en 2050.
Según datos del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmaceúticos, en España la tendencia es justo la contraria al observarse un claro incremento de la incidencia de determinadas infecciones por microorganismos resistentes en el periodo 2019-2022.
Entre los patógenos la S.aureus -resistente a la meticilina- que registró aumento del 9,7 por ciento que contrasta con un descenso del 12,2 por ciento para el conjunto de los países de la UE, o la Escherichia coli -resistente a cefalosporinas de tercera generación- que crece un 29,5 en nuestro país frente a una disminución de casi el 17 por ciento en la UE. En cambio y a pesar de un notable aumento del 42,5 por ciento de la incidencia de infecciones por Klebsiella Pneumonia -resistente a carbapenémicos-, el aumento en España fue menor al del conjunto de la Unión Europea donde aumentó casi un 50 por ciento.
¿Qué puede hacer España para cumplir?
Para cualquier país europeo poder cumplir con el reto de reducción planteado por las autoridades sanitarias pasa por fortalecer los planes nacionales y garantizar su financiación, intensificar la vigilancia, promover el uso prudente de los antibióticos y mejorar la prevención de infecciones. Los objetivos se extienden también a la sanidad animal y medioambiental bajo el principio de “One Health” o “Una sola salud”.
“Lo que han hecho otros países que sí están logrando reducir las cifras de infecciones y de mortalidad es un cribado universal de los pacientes que ingresan en el hospital para saber si están infectados o colonizados por bacterias multiresistentes. Nosotros tenemos cribados pero no son tan universales como en otros países y eso es lo que nos falta para impulsar el descenso porque por lo demás tenemos el conocimiento y la capacidad técnica”, subraya Cantón.
Según el jefe de Microbiología del Ramón y Cajal, junto a ello es esencial, y así lo recomienda la Unión Europea, “monitorizar la resistencia, contener el uso de antimicrobianos, mejorar las condiciones del control de infección e investigar en antibióticos”.
¿Qué hacer con resistencias a antibiótiocos de amplio espectro?
Preocupa especialmente el aumento de las resistencias a antibióticos de última generación y de amplio espectro, como los carbapenémicos y la colistina, y no solo en España porque se utilizan cuando ningún otro fármaco está funcionando frente a una infección. Para reducirlas los expertos recomiendan incrementar el uso responsable de estos medicamentos y la investigación en nuevos antibióticos. Solo 5 nuevos se han incorporado en los últimos 5 años, insuficiente para afrontar en nuestro país una de las mayores amenazas globales para la salud pública.
Pero según explica Manuel Cotarelo, director médico de Enfermedades Infecciosas de MSD España: “hay cerca de 90 medicamentos en desarrollo en el mundo para combatir las infecciones resistentes a los tratamientos actuales. Fármacos potenciales contra 17 patógenos distintos y la utilidad de muchos de ellos se está estudiando en varios de estos patógenos a la vez”.
Entre las estrategias para evitar el problema de las resistencias antimicrobianas hay que destacar la importancia de la vacunación y de enfoques farmacoterapéuticos innovadores, por ejemplo, a partir de anticuerpos monoclonales o la terapia con fagos o fagoterapia, una estrategia terapéutica que emplea bacteriófagos, que son virus que infectan y destruyen bacterias, con el objetivo de tratar infecciones bacterianas.
“Los fagos son una una terapia de baja toxicidad y hemos visto que la combinación de antibióticos con fagos nos permite usar ciertos antibióticos que estaban empezando a ser multirestistentes como los carbapenémicos y la colistina. Tengo esperanza de que llegue al Sistema Nacional de Salud”, asegura María Tomás microbióloga y portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica.



