El detalle en el que se fijan unos vecinos de Málaga cuando van a su piscina comunitaria: obligados a denunciar por lo que ven

Cada vez es más frecuente este hábito en las piscinas comunitarias y en hoteles

Piscina comunitaria

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Piscina comunitaria

César Bernal

Publicado el

3 min lectura

Llega el verano y solo algunos tienen el privilegio de poder disfrutar de un bañito en la piscina de su vecindario. Muchas alternativas pero ninguna al precio más buscado: gratis.

 La negación a pagar, incentiva a los más jóvenes a “tomarse la justicia por su mano” e intentar acceder a las piscinas más cercanas, incluso piscinas de hoteles, en el caso de los más valientes.

Pocos casos acaban saliendo a la luz, debido a que no es un tema que preocupe en exceso a los vecinos, no solo por esto, ya que denunciar podría tener consecuencias graves para gente joven con pocos recursos, por un simple baño

Esta situación nos obliga a preguntarnos si la seguridad es suficiente o si deberíamos de tomar medidas para ponerle las cosas más difíciles a estos “delincuentes”.

torniquete en la entrada de una piscina

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Molinete
 en la entrada de una piscina

 Opciones para aumentar la seguridad  

En el caso de los hoteles, la situación es bastante más fácil de manejar, ya que prácticamente todos los hoteles en España te obligan a tener una pulsera para identificarte, pero por desgracia, las piscinas comunitarias no lo tienen tan fácil.

Son muy pocas las piscinas que te obligan a mostrar una tarjeta para poder entrar al recinto, por lo que aquí tienes varias opciones para no tener que compartir piscina con desconocidos.

El molinete de control de acceso es la opción más económica pero segura. Aprovechando la tecnología, se podría implantar un sistema de reconocimiento facial, huella digital o las tarjetas de toda la vida. El molinete dificulta el poder invitar a amigos o familiares a la piscina ya que solo reconocería a los propietarios.

Por otro lado, las pulseras son una opción más económica, la cual facilitaría las invitaciones. Cada familia tendría un número limitado de invitaciones, ya que prohibir las invitaciones sería dar un paso atrás en la búsqueda de una solución a este tema, porque así las personas sin piscina, ya si que no tendrían ninguna opción gratuita.

 Caso grave en España  

No son muchos los casos públicos en nuestro país, pero hace un año tuvo lugar un caso grave en Malága. En la urbanización Royal Manilva, los propietarios denunciaron ante la Policía Local debido a que tras reabrir la piscina comunitaria, la piscina se llenó de okupas y gente que no era de la urbanización, así lo aseguraron los vecinos: “Reventaron las cerraduras de seguridad de las puertas y, cuando pusimos cadenas para cerrarlas, directamente arrancaron la valla para colarse por debajo, por lo que a la semana tuvimos que abandonar la idea de tener piscina este verano”.

Posteriormente, los vecinos aseguraron tener vídeos en los que aparecían entre 20 y 30 personas ajenas bañándose en la instalación, desgraciadamente, salvo casos graves, esta actividad suele acabar en balde

Consecuencias judiciales

Colarse en una piscina privada podría considerarse “usurpación”. Este delito está recogido en el artículo 245 del Código Penal. Tiene en cuenta dos factores en relación a si en la usurpación se ha ejercido la violencia o no. En el caso de la usurpación en una piscina, el acto se considera sin violencia, por lo que las penas rondarian entre los 3 meses y los 6 meses de cárcel.

Policía poniendo una multa

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Policía poniendo una multa

Por suerte o por desgracia, es difícil que en una persona que haya cometido este delito, sea realmente condenada, ya que si esas personas no han causado problemas, pasaría a considerarse “falta leve”, es decir, una amonestación escrita y una sanción económica mínima.

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