Accidente en el que cinco personas perdieron la vida y otras quince resultaban heridas de diversa consideración lo que, como siempre que ocurre un grave siniestro, pone en el punto de mira el estado de los autobuses, su antigüedad, si había pasado o no las revisiones pertinentes...

La empresa ALSA, a través de un comunicado, ha señalado que el autobús siniestrado estaba dotado de los más modernos sistemas de seguridad y había pasado favorablemente su última ITV en marzo de este año y su último mantenimiento el pasado 19 de agosto. En la nota destaca también que el conductor había pasado satisfactoriamente su último reconocimiento médico el pasado mes de abril.

Las dudas sobre los posibles fallos de seguridad fueron trasladadas al Director General de Tráfico en una rueda de prensa en la que se daban a conocer datos de accidentes. Pere Navarro destacaba el compromiso y la "obsesión" por la seguridad vial de la empresa de transporte, “la empresa Alsa es un referente en seguridad vial" y añadía "no es una empresa pirata, local o pequeña sino una de las más importantes en transporte de pasajeros. Siempre ha sido un referente en seguridad vial".

Y los datos corroboran estas afirmaciones, ALSA cuenta con una moderna flota integrada por 3.132 autobuses, que transportan a más de 337 millones de viajeros al año, quienes son atendidos por un competente equipo formado por más de 8.900 profesionales y que factura más de 700 millones de euros anualmente, podemos leer en su web que destaca que su compromiso principal es con el cliente “tenemos tolerancia cero ante cualquier comportamiento que ponga en riesgo su seguridad”.

Para ello asegura ALSA:

"Nos preocupamos por nuestra flota, incluyendo novedades tecnológicas como el Detector de salida fuera de carril (SPA); Control de distancia entre vehículos (ART); Sistemas avanzados de frenado (ABS). Trabajamos para innovar continuamente, asegurando siempre el cumplimiento de los requisitos normativos aplicables. Diseñamos y establecemos planes de mantenimiento homologados por los fabricantes".

De momento las causas del accidente ocurrido el pasado 2 de septiembre cuando el autobús de la línea Cudillero-Avilés-Gijón se empotraba contra una pilastra de hormigón en la circunvalación de Avilés, no están claras y se siguen investigando por parte de la Guardia Civil de Tráfico. Todo apunta a un desvanecimiento sufrido por el conductor que también resultaba herido grave. En el momento de la colisión, el autobús iba a unos 80 o 90 kilómetros por hora, pero tanto por la trayectoria que siguió en los últimos metros de su recorrido, como por la ausencia de frenadas, es lo que hace barajar a los investigadores que el conductor de 40 años, hubiese sufrido una indisposición al volante.