Ponce se impuso a la mansedumbre

Enrique Ponce salió a hombros en la matinal Goyesca de Guadalajara. Oreja para Fandiño y Luque con mansada de El Ventorrillo

La matinal de Guadalajara se organizaba con motivo del 125 aniversario del nacimiento de Saleri II. Torero de la tierra y nombre propio de una afición que acudió en buen número al coso de Las Cruces a la llamada de un cartel figuras en una matinal que tuvo, además, carácter goyesco. La que no sacó carácter, ni clase, ni raza ni nada de nada fue la corrida de El Ventorrillo. Preciosas las hechuras, pero vacío el fondo. Sólo Enrique Ponce se impuso a la mansedumbre de los toros del hierro toledano.No comenzó bien la matinal cuando asomó el pañuelo verde en el palco después de haber entrado la lidia del primer toro ya en el tercio de banderillas. No se sostenía en pie el de El Ventorrillo y hubo de rectificar el palco su insistencia en mantenerlo en el ruedo pese a la contrariedad de torero y público. El sobrero del mismo hierro tampoco fue un dechado de fortaleza, pero la sabia técnica de Ponce obró el milagro de cada actuación suya con este tipo de toro. Faena larga, paciente, de sostener primero y atacar después. Mejor a derechas, más reunido y ligado. Gustó y se gustó el de Chiva. Pinchó antes de la estocada que dio paso al primer trofeo de la mañana.El cuarto embistió con movilidad pero sin clase alguna. Ponce le consintió mucho en la primera parte del trasteo, pero le apretó por abajo en dos tandas finales en redondo más conjuntadas y poderosas. Encontró hueso primero y dejó una estocada tendida en el segundo ataque con el acero. La oreja tuvo mayoría raspada de pañuelos, pero se concedió y se paseó.Salió a por todas Iván Fandiño en su primero, un animal bien hecho pero que siempre estuvo al límite de rajarse. Acompasadas las verónicas de inicio y con varios pases cambiados por la espalda inició la faena el torero vasco, que intentó siempre dominar por abajo la informal embestida del toro. Muy firme Fandiño, rubricó su labor de un contundente espadazo. La oreja cayó por mayoría.El quinto evidenció desde que salió por chiqueros que tenía un problema de visión. Siempre venía cruzado y fue problemático a la hora de banderillearlo. Puso afán y voluntad de agradar Fandiño, pero fue complicado el lucimiento. El toro se paraba siempre a mitad de las suertes y cortaba su viaje por ese defecto en la vista, más acrecentado cuando el de Orduña se puso al natural. La ovación final compensó el trago.El primer toro de Daniel Luque tuvo cierta nobleza en todos los tercios, pero le faltó siempre un ultimo tranco en sus viajes. Faena limpia y ligada del sevillano, siempre intentando alargar la embestida del toro de Fidel San Román. Destacó una postrera tanda a derechas, reunida y adereza con el empaque del sevillano. Las luquesinas finales y una estocada arriba de efectos fulminantes pusieron en bandeja el trofeo que paseó Luque. Se pidió la segunda oreja, pero el palco hizo caso omiso.El jabonero que saltó en sexto lugar no mejoró un panorama ya desolador de casta a esa hora del mediodía. Topando en la muleta de Luque, sin ninguna intención de perseguir con celo el engaño, solo la disposición del torero de Gerena puso calor a una faena de escaso poso y reposo. Una estocada asomando por el costillar se llevó cualquier posibilidad de premio final y con ello, la salida a hombros.

, domingo 3 de abril. Corrida Goyesca. Dos tercios largos de plaza.

Toros de

, el primero como sobrero, bien presentados, de parejas hechuras. De juego descastado, flojo y deslucido. Manejable pero flojo el primero. Con más complicaciones los tres últimos.

, oreja y oreja.

, oreja y saludos tras aviso.

, oreja y silencio tras aviso.