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''Una monarquía renovada para un tiempo nuevo''

Felipe VI, un año de reinado

El 19 de junio de 2014 es una de las fechas que ha quedado grabadas en oro en la Historia de España. La proclamación del Rey Felipe VI una vez que don Juan Carlos abdicara -para sorpresa de muchos- el  2 de junio dando paso a su hijo con un contundente ''el Príncipe está preparado''. Un año después, la monarquía ha vuelto a ponerse en alza gracias al papel que ha desempeñado Felipe VI en estos 365 días.

Don Juan Carlos impone el fajín a Felipe VI

Don Juan Carlos impone el fajín a Felipe VI

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Tiempo de lectura: 6'Actualizado 10 abr 2017

Abdicación don Juan Carlos I (2/06/2014).-

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, fue el encargado de anunciar la abdicación de don Juan Carlos I. Eran las 10:30 de la mañana cuando comparecía ante los medios de comunicación en una declaración institucional en el Palacio de La Moncloa.

Rajoy comunicaba la abdicación que previamente le había comentado el monarca "al que he encontrado convencido de que este es el mejor momento para que se produzca la transmisión de la Corona al Príncipe de Asturias", decía.

Además, esa misma mañana el rpesidente del Gobierno aprovechaba para ensalzar la figura de don Juan Carlos I"porque durante 39 años ha encarnado el punto de encuentro de los españoles".

Horas más tarde, con cierto retraso, el Rey Juan Carlos I quiso despedirse de los españoles y explicar los motivos de su abdicación y alabar y ensalzar la figura del todavía Príncipe de Asturias del que dijo que ''está preparado''.

Un discurso en el que se vio a un Monarca emocionado y en el que dejó claro su compromiso durante 39 años con su país, con España a la que no olvidó en su palabras ''guardaré a España en lo más profundo de mi corazón''

Así contamos en COPE la abdicación del Rey Juan Carlos I

Proclamación Felipe VI (19/06/2014).-

Así contamos en COPE la proclamación de Felipe VI

La ceremonia, dotada de la solemnidad propia de las ocasiones históricas, se celebró en el Congreso de los Diputados, con sus escaños y tribunas a rebosar de diputados y senadores, miembros del Gobierno, autoridades, invitados de todos los ámbitos, y a la izquierda de don Felipe, doña Letizia y sus hijas Leonor y Sofía.

Tras jurar la Constitución, también ante la atenta mirada de la Reina Sofía y de la infanta Elena, el nuevo Rey abordó la lectura de las 3.000 palabras de una exposición con la que iba a entrar en la Historia de España como Monarca comprometido con una época marcada por la necesidad de renovación y la transparencia.

"Una Monarquía renovada para un tiempo nuevo", fue la expresión que quedó grabada como compendio de una declaración de intenciones que ha querido llevar a la práctica durante los últimos doce meses.

Uno de los aspectos de esta transformación es la aproximación a los ciudadanos y el mantenimiento del prestigio de la Corona.

"La Corona debe buscar la cercanía con los ciudadanos, saber ganarse continuamente su aprecio, su respeto y su confianza; y para ello, velar por la dignidad de la institución, preservar su prestigio y observar una conducta íntegra, honesta y transparente, como corresponde a su función institucional y a su responsabilidad social", proclamó don Felipe.

Las medidas adoptadas por la Casa del Rey en enero pueden interpretarse a la luz de esta apuesta, porque desde entonces las cuentas de la institución están sometidas a auditoría externa, los miembros de la Familia Real tienen prohibido aceptar regalos y a los trabajadores de la institución se les aplica un código de conducta.

Tal y como había dejado claro el Monarca en el hemiciclo del Congreso, "hoy más que nunca, los ciudadanos demandan con toda razón que los principios morales y éticos inspiren -y la ejemplaridad presida- nuestra vida pública", y él no ve la Jefatura del Estado ajena a esa demanda.

"El Rey, a la cabeza del Estado, tiene que ser no sólo un referente, sino también un servidor de esa justa y legítima exigencia de los ciudadanos", dijo en otro momento de su discurso.

Felipe VI hizo reseña de su concepción de la España constitucional, una España "unida y diversa, basada en la igualdad de los españoles, en la solidaridad entre sus pueblos y en el respeto a la ley" donde, remarcó, "cabemos todos, caben todos los sentimientos y sensibilidades".

Casi siempre acompañado de la Reina Letizia, durante este año el Rey ha visitado todas las Comunidades Autónomas, especialmente Cataluña, a la que ha acudido en más de diez ocasiones y que fue destino de su primer desplazamiento como jefe del Estado.

Poco después de la proclamación, en la entrega de los Premios Príncipe de Girona, ante el presidente de la Generalitat, Artur Mas, mostró su voluntad de hacer más presente a la Corona en Cataluña para transmitir mensajes de entendimiento.

Consciente de las dificultades por las que han pasado muchos ciudadanos debido a la crisis económica, el 19 de junio de 2014, don Felipe aludió al "deber moral" de revertir la situación de los más débiles y lanzó un mensaje de esperanza a los jóvenes parados, a los que recordó el empleo debe ser un "prioridad" para el Estado.

Como un gesto personal, cuando las Cortes aprobaron mantener para la Casa Real, en 2015, el mismo presupuesto de 7,78 millones de euros que su padre tuvo en el ejercicio anterior, el nuevo Rey decidió bajarse su sueldo un 20 por ciento.

A lo largo de estos doce meses, todas las ideas contenidas en su trascendental discurso de proclamación le han servido como guía para el otro casi centenar de alocuciones que ha ido pronunciado ante muy diversos foros, desde el mensaje televisado de Navidad hasta sus numerosos encuentros con instituciones, militares, empresarios, jóvenes, profesionales, artistas o activistas solidarios.

En sus palabras en público, don Felipe siempre ha tratado de llevar a todos al optimismo, convencido, como dijo en su proclamación, de que "tenemos un gran país; somos una gran nación, creamos y confiemos en ella".


Un año de reformas, apertura y proyección internacional.-

El primer año de reinado de Felipe VI ha probado su interés en abrir la Corona a todos los sectores de la sociedad, impulsar medidas ejemplarizantes e intensificar su proyección internacional como jefe de Estado, con más de quince viajes oficiales al extranjero.

A pocos días de que la primera visita de Estado de los Reyes fuera de Europa les lleve a México, adonde el nuevo Monarca ya acudió en diciembre para participar en la última Cumbre Iberoamericana, don Felipe ha visitado como Rey más de una docena de países, la mayoría de las veces acompañado por la Reina Letizia, en cuatro continentes.

El Papa Francisco recibió a los Reyes en el Vaticano en la primera de las visitas de presentación que protagonizaron tras la llegada al Trono y que, antes del paréntesis de agosto, les permitió tomar contacto con las máximas autoridades de los tres países vecinos: Portugal, Marruecos y Francia.

Tras representar a España en la ceremonia internacional de Lieja por el centenario de la Primera Guerra Mundial y despejar en agosto cualquier duda sobre su voluntad de preservar la tradicional presencia anual en Palma de Mallorca, don Felipe viajó a Nueva York con la Reina para participar en la Asamblea General de la ONU y se entrevistó con el presidente de EEUU, Barack Obama.

Un apretado calendario de visitas a cinco naciones europeas -Holanda, Luxemburgo, Bélgica, Italia y Alemania- marcó el programa del último trimestre de 2014, que el Rey completó en Veracruz, donde se estrenó como líder iberoamericano, y la agenda exterior del nuevo año se abrió en Etiopía con su participación en la cumbre de la Unión Africana, precisamente el día de su cumpleaños.

Los primeros doce meses no podían concluir sin hacer visible el apoyo a las tropas españolas desplegadas en el exterior, objetivo que cumplió en el Líbano, y sin que los Reyes llevaran a cabo su primera visita de Estado, un importante viaje a Francia que suspendieron en marzo recién llegados a París ante la tragedia del avión de Germanwings y recuperaron menos de dos meses más tarde.

Dentro de España, todas las Comunidades han recibido ya la visita del nuevo jefe de Estado, con la particularidad de que ha viajado hasta en diez ocasiones a Cataluña, la primera de ellas una semana después de ser proclamado, cuando expresó en Girona su voluntad de hacer aún más presente a la Corona en ese territorio para transmitir "mensajes de respeto, entendimiento y convivencia".

Sus más de 150 actividades en distintos puntos del país y el centenar largo de audiencias y recepciones concedidas en la Zarzuela, El Pardo, el Palacio Real y la Almudaina han puesto de relieve además en estos doce meses la voluntad de Felipe VI -y también de la Reina Letizia- de acercar la Corona a todo tipo de sectores y colectivos de la sociedad española.

Víctimas del terrorismo, Fuerzas Armadas, empresarios, académicos, artistas, científicos y deportistas han tenido ocasión así de compartir con los Reyes sus problemas en la misma medida que jóvenes emprendedores y voluntarios de entidades de ayuda a discapacitados, afectados por la crisis, víctimas de violencia machista y colectivos de gais, lesbianas y transexuales.

Otra seña de identidad clave del reinado, el impulso de medidas que garanticen la transparencia y ejemplaridad de la Corona, se concretó pronto con un conjunto de iniciativas sin precedentes que incluyó una rebaja del sueldo del propio don Felipe, un código de conducta para la Casa del Rey, una auditoría externa para sus cuentas y una regulación de los regalos que recibe la Familia Real.

Y, cuando apenas faltaba una semana para el aniversario de la proclamación, Felipe VI reafirmó su determinación de "velar por la dignidad de la institución", anunciada aquel histórico 19 de junio, con la decisión de retirar el título de duquesa de Palma a su hermana la infanta Cristina, que será juzgada en esa ciudad como presunta cooperadora en dos delitos fiscales cometidos por su esposo

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