La AEMET alerta del fenómeno meteorológico "extremo" que reinará en septiembre
El elevado calor de las aguas del Mediterráneo anticipa una temporada de lluvias torrenciales y gota fría intensa

La AEMET avisa de tormentas: estos son los puntos de España más afectados por la DANA de este miércoles
Madrid - Publicado el
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La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) proyecta un septiembre altamente inestable en nuestro país, con previsiones que apuntan a un elevado protagonismo de fenómenos climáticos extremos.
Pese a que el mes comenzará con temperaturas en línea con lo habitual, se espera que durante la segunda semana el este peninsular experimente un ascenso térmico notable. Esta tendencia se suma a la ausencia de bloqueos atmosféricos y a la activación de frentes, configurando una atmósfera especialmente dinámica y volátil, lo que dar lugar a un clima altamente cambiante.
Esta situación incrementa considerablemente el riesgo de formación de DANAs (Depresiones Aisladas en Niveles Altos), fenómenos conocidos por su potencial devastador en España. Olcina insiste en la necesidad de reforzar los sistemas de monitoreo climático, recordando episodios anteriores que tuvieron efectos devastadores, como los registrados en Valencia y Murcia en 2019.
el otoño se puede mantener por encima de los registros oficiales
Además, el segmento más reciente del verano de 2025 ha sido especialmente cálido, con registros térmicos que figuran entre los más extremos desde el inicio de las series climáticas. La AEMET sitúa la probabilidad de que todo el otoño se mantenga por encima de la media en un 60‑70 % para la Península y Baleares, y alrededor del 50 % para Canarias.
Al mismo tiempo, se contempla un descenso en las precipitaciones —especialmente en el oeste y centro peninsular y en el archipiélago—, lo que podría agravar la sequía en esas regiones que ahora más que nunca necesitan estas lluvias para los incendios forestales.
Septiembre estará marcado por la llegada de borrascas
El mes de septiembre arranca con una preocupación creciente en el ámbito meteorológico: el notable calentamiento del mar Mediterráneo, cuyas aguas han alcanzado temperaturas inusualmente altas para esta época del año. En varios puntos del litoral oriental, la superficie marina supera los 27 ºC e incluso roza los 28 ºC, lo que supone un factor decisivo en la generación de fenómenos atmosféricos severos.
Este sobrecalentamiento marino no solo es consecuencia del verano extremadamente cálido, sino también del patrón atmosférico persistente que ha favorecido una mayor insolación y una escasa agitación marina.
Estas condiciones térmicas en el mar son particularmente relevantes porque convierten al Mediterráneo en una fuente de energía adicional para la atmósfera. Cuando masas de aire frío en altura —habituales en el inicio del otoño climatológico— entran en contacto con estas aguas tan cálidas, se produce una interacción explosiva que puede dar lugar a lluvias torrenciales, tormentas intensas e incluso la formación de DANAs (Depresiones Aisladas en Niveles Altos).
Por otro lado, el mar caliente también tiene implicaciones más prolongadas. Aumenta la frecuencia e intensidad de fenómenos convectivos, como las tormentas eléctricas y el granizo, y prolonga el período en el que estos episodios pueden producirse, incluso bien entrado el otoño. Esta anomalía térmica en el Mediterráneo, por tanto, no es solo una curiosidad climática, sino un indicador preocupante de que el clima de transición entre estaciones podría ser más turbulento y extremo de lo habitual.
La vigilancia meteorológica en septiembre será clave, ya que cualquier descuelgue de aire frío en altura podría activar situaciones de emergencia con escasa previsión de margen.