Lo hace después de que Javier Barbero, delegado de Seguridad y Emergencias cesara al Director General de Emergencias y al Jefe de los Bomberos. El cese de este último se produjo cuando se negó a llevar a cabo unas medidas que supondrán la reducción del número de bomberos en un 10%.

No estamos hablando de sindicatos, hablamos de la cúpula  directiva del cuerpo de bomberos de la capital. Comenzando por  el director general Juan José Ramos, que fue cesado al negarse a aplicar los recortes que supondrá aplicar las 35 horas, que el Ayuntamiento ha aprobado para los funcionarios, en el cuerpo de los bomberos. Ellos trabajan en jornadas de 24 horas, con lo que la reducción de horas supondrá libranzas. Libranzas que se traducen en una reducción del 10% de la  en la plantilla. Como habrá menos bomberos, el Ayuntamiento propone medidas como el cierre del parque de la Avenida de Asturias, cierre nocturno de algunos parques, o que los camiones vayan con menos bomberos.

Alega que él es funcionario y no político, y que no va admitir que se ponga en riesgo la seguridad ciudadana. Por eso detrás del jefe, ha dimitido el resto de la cúpula. Hasta 15 oficiales han presentado su dimisión. Rubén Gallego, uno de los Subinspectores que también ha dimitido dice que no van a soportar la responsabilidad de unas medidas arbitrarias y temerarias, ha dicho.

La solución pasa por contratar más bomberos y para eso se necesita un presupuesto que no existe, porque de hacerlo, el Ayuntamiento rompería con la regla de gasto. Y eso dicen, desluciría, unas cuentas que han presentado con tanto orgullo. Las horas extraordinarias las cobran con un retraso de 7 meses.  Además han calificado estos ceses de “purgas estalinistas.”