Los 31 kilos de comida que tiramos a la basura por persona al año suponen un coste para nuestro bolsillo de 150 euros anuales. Aunque el desperdicio es percibido como un mal moral, social y político, la realidad es que todos desperdiciamos alimentos, en mayor o menor medida.

El informe pone de manifiesto que nadie se reconoce como “desperdiciador” y que se atribuye a los otros el hecho de tirar comida a la basura. Actualmente, uno de cada tres alimentos que se producen en el mundo termina en el cubo de basura. Entre las razones esgrimidas por las personas encuestadas para desperdiciar: comprar más de lo necesario, el olvido de lo adquirido o el miedo a enfermar.

“Se estima que un 4,5% de nuestra cesta de la compra termina en la basura. Los alimentos que más nos cuestan, como la carne y el pescado, es lo que menos desperdiciamos. Las personas con más dificultades para llegar a fin de mes son las que desperdician menos”, asegura Mari Cruz Martín, coordinadora de la campaña yonodesperdicio.org

Lo peor de todo: desde 2017, cada vez arrojamos más alimentos a la basura. Con la pandemia, además, la situación ha empeorado, como subraya Mari Cruz Martín: “El hecho de pasar tanto tiempo en casa no hizo que desperdiciáramos menos. Había menos hogares que tiraban, pero se desató la locura de comprar y acumular comida en casa”. Por distritos, Arganzuela es la que menos residuos genera y Centro la que más. Tetuán se queda en un territorio intermedio. El objetivo de este estudio de la Universidad de Comillas para Enraiza Derechos: reducir a la mitad ese medio kilo de comida que tiramos cada madrileño a la semana.