El Senado refleja el cisma que ha abierto la amnistía

Los trámites parlamentarios de la amnistía han seguido hoy según lo previsto. El Senado ha aprobado el veto a la totalidad de la ley, con 149 votos a favor y 113 en contra. Aunque al final resulte estéril, han dejado su oposición para la historia el Partido Popular, VOX, UPN y la Asociación Herreña Independiente.

Ahora volverá al Congreso de los Diputados donde todo hace prever que el PSOE y sus socios la sacarán adelante. Los socialistas, lejos de taparse discretamente, han presumido y se han jactado de la norma. Si no hay sorpresa, la ley de amnistía que Pedro Sánchez negaba antes de las elecciones del 23 de julio, será una triste realidad. Sánchez sabe que, más allá de este significativo contrapeso de la Cámara Alta, los frenos más eficaces pueden llegarle desde el Poder Judicial y de ahí el interés desmedido por el asalto a sus órganos de gobierno.

A pesar del mantra que se repite, no es verdad que esta amnistía tenga nada que ver con la de 1977. Aquella ayudó en el paso modélico de una dictadura a una democracia, ahora, como se manifestado hoy en el Senado, todo obedece a un obsceno cambalache de votos. Por mucho que se quiera vender demagógicamente, aquí no está en juego el bien común. Se trata tan solo el interés de unos pocos, al que se está sacrificando la igualdad de los españoles y el respeto a la Constitución.