Migración digna

Ayer intervino en La tarde de COPE Norma Pimentel, una monja que está considerada por la revista Time una de las personas más influyentes del año. Norma trabaja a ambos lados de la frontera de Estados Unidos con México, en el Valle del Río Grande, en Texas. No cree que ninguno de los dos candidatos en las elecciones que se celebran a estas horas en Estados Unidos vaya a resolver el problema de la inmigración en su país, aunque hay que analizar sus propuestas y elegir la menos mala.

La política de Obama no fue especialmente favorable para los migrantes. No cumplió su promesa de legalizar a 10 millones que llevan años viviendo en el país y en su momento batió el récord de deportaciones. Si gana Trump habrá migrantes que trabajan en el campo que podrán obtener visados. Es posible que los dreamers, los inmigrantes indocumentados cuyas familias los trajeron a EE.UU cuando eran niños, puedan ser legalizados. Sin embargo, la política migratoria de Trump ha estado marcada por una retórica de culpabilización de los migrantes que desgraciadamente han copiado otros y ha reducido la acogida de refugiados a mínimos históricos. Sin duda, Estados Unidos tiene el derecho de controlar sus fronteras. Pero también tiene el deber de dar asilo a quienes protege el derecho internacional, y debe organizar de forma digna la entrada de personas que están manteniendo una parte importante de la economía del país.