Roberto Marrero y Sergio Vergara son dos políticos venezolanos que hoy han pasado a ocupar las portadas de buena parte de la prensa libre del mundo. El Servicio Nacional de Inteligencia Bolivariana ha allanado sus viviendas sobre las 2:00 de la madrugada hora local. 

La razón es exclusivamente política. Marrero es diputado, jefe del Gabinete de Juan Guaidó y abogado de Leopoldo López. Vergara es otro diputado de la oposición. A la policía de Maduro no le hacen falta órdenes judiciales. Les basta violentar el domicilio de ciudadanos libres y detenerles con pruebas falsas.

Maduro no puede tocar a Guaidó porque el Grupo de Lima y la Unión Europea le protegen. Sin embargo sí puede atentar contra las dos personas que le acompañaron fuera del país. Y eso es lo que ha hecho pocas horas después de que Naciones Unidas publicara un informe demoledor sobre la represión en Venezuela.

Maduro se sostiene en el poder solo a través de un sistema de detenciones ilegales y tortura con el que consigue amedrentar a una población empobrecida y cansada de luchar contra las carencias más elementales.

Por eso es más necesario que nunca que las élites políticas resistan y la diplomacia internacional apoye sin fisuras a los diputados de la oposición, al tiempo que despliegue todas sus artes para cercar al régimen de Maduro y hacer lo imposible para no abandonar a un pueblo extenuado.