Los frutos del acuerdo con Bildu

El acuerdo de Pedro Sánchez con Bildu para sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado está dando sus frutos de forma acelerada. Con la autorización del Ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, la diputada y portavoz de Bildu en el Congreso, Mertxe Aizpurua, se ha dedicado durante estos días a visitar a más de una decena de presos etarras en la cárcel de El Puerto de Santa María. Visitas que también han efectuado varios senadores de la formación abertzale en los meses pasados a presos de otros centros penitenciarios. Estas actuaciones han coincidido además con las movilizaciones en todo el País Vasco, durante el pasado fin de semana, en las que se reivindicaba el traslado de los presos de ETA a las cárceles vascas, una cuestión que no debe esconder el calado más profundo de este proceso.

El apoyo de la izquierda abertzale al Gobierno de PSOE y Podemos discurre con rapidez en dos procesos paralelos. El primero, la normalización política de Bildu y la aceptación de su discurso ideológico en el debate público, aunque este partido no haya condenado los asesinatos de ETA. Y segundo, un acelerado cambio de política penitenciaria que va mucho más allá de cuestiones humanitarias y se encuadra en un proceso político de olvido del terrorismo de ETA, lo que conlleva la marginación de sus víctimas. Es un precio demasiado alto para que Sánchez pueda llevar adelante sus planes.