La guerra (comercial) ha llegado a Europa

Siendo uno de los países más duramente castigados, para España casi lo de menos serán los aranceles de Estados Unidos al queso, al aceite o al vino español. Las guerras comerciales de Donald Trump, fundamentalmente con China, son hoy uno de los principales factores de inestabilidad para la economía mundial, y con este anuncio se hace oficial que la guerra ha llegado a Europa. La decisión norteamericana es perfectamente legal, ya que sigue a un fallo a su favor de la Organización Mundial de Comercio por las ayudas europeas a Airbus en detrimento de Boeing.

El problema es que se espera que la OMC siga el mismo criterio en la denuncia europea contra las ayudas de Washington a su compañía aeronáutica señera. Con las relaciones trasatlánticas bien engrasadas, lo esperable sería resolver el asunto en una negociación, pero la actual política estadounidense no permite albergar optimismos. Y el daño para ambas partes podría ser mucho mayor que el originado por los aranceles. Lo peor podría llegar el 10 de diciembre, cuando concluye el plazo para la renovación de dos jueces del Órgano de Apelación de la OMC, ya diezmado por el boicot de EE.UU. Si Trump ejecuta su amenaza, quedará fuera de juego una institución que es hoy un pilar clave del multilateralismo. Y esto sí que podría abocar al mundo entero a un impredecible período de tensiones e inestabilidad.