Miles de personas han participado este domingo en Madrid en una Marcha convocada como cada año para celebrar el Día Internacional de la Vida. La fiesta, que tiene lugar en torno al 25 de marzo, se adelantó a ayer domingo para llenar de ambiente festivo el centro de

Convocada por más de 500 asociaciones y entidades cívicas pro vida de toda España, la Marcha trató también de sensibilizar sobre la imprescindible defensa de la vida humana, desde la concepción hasta su fin natural. 

No es un “no” lo que se proclama, sino un inmenso “sí”; un “sí” a la vida para todos, y en especial, como señaló Mónica López Barahona, presidenta en España de la Función Jérôme Lejeune, para los más débiles, como por ejemplo aquellas personas que tienen síndrome de Down; aquellos ante los que una sociedad, en muchos aspectos esquizofrénica como la nuestra, por una parte invita a que se acabe con sus vidas antes de que lleguen a nacer y por otra da ayudas a las empresas que los contratan. 

No es, en lenguaje juvenil, una cuestión de postureo en torno a una manifestación y a una fecha señalada en el calendario, sino un trabajo constante y diario de mucha gente en defensa de la vida. Su enorme labor, más meritoria aún en medio de tantas dificultades, es un signo claro de esperanza, que sirve además para que cada 25 de marzo recordemos, de manera especial, que toda vida humana es valiosa, única e irrepetible y que tiene una dignidad que no se pierde con la edad, la enfermedad o las circunstancias adversas.