Daniel Ortega y su régimen han puesto en el centro de la diana a los medios de comunicación, las organizaciones no gubernamentales y, por supuesto, a la Iglesia católica. Por eso la oposición, agrupada en torno a la Unidad Nacional Azul y Blanco, los colores de la bandera nicaragüense, se ha decidido a convocar el próximo jueves una huelga nacional.

Desde que se iniciaron las protestas en el mes de abril pasado, se calcula que la cifra de asesinados en Nicaragua asciende a 500, mientras que el total de detenidos ronda los 400. En las últimas semanas, Ortega la ha emprendido contra los medios de comunicación con la intención de coartar el ejercicio de la libertad de información. Sin embargo, en el frente opositor a Ortega no están solo periodistas, sino asociaciones estudiantiles y campesinas, organizaciones empresariales y feministas, académicos, comerciantes y profesionales en general. Se trata de un frente amplio que pide la salida de Ortega y el restablecimiento del orden constitucional, el fin de la represión y la liberación de los detenidos por razones políticas.

La dictadura parece avanzar impasible con la intención de anular cualquier institución capaz de resistir. El jueves será un día clave para la oposición, pero también para el régimen. Todo el mundo verá en directo de lo que realmente es capaz Daniel Ortega.