El pasado sábado se firmaron unos acuerdos históricos entre la Conferencia Episcopal de la República Democrática del Congo y el Gobierno, por los que se reconoce la naturaleza propia de la Iglesia, ya que hasta ahora era considerada como una organización sin ánimo de lucro. En presencia del Secretario de Estado de la Santa Sede, Cardenal Pietro Parolín, se han firmado unos acuerdos que regulan la enseñanza religiosa en las escuelas, el funcionamiento de las instituciones educativas católicas, las actividades asistenciales y caritativas de la Iglesia, la atención pastoral en las instituciones penitenciarias y hospitalarias, y el régimen patrimonial y fiscal.

Las buenas noticias llegan en un momento especialmente doloroso para el Papa Francisco, que ha tenido que aplazar su viaje al Congo y a Sudán del Sur debido al tratamiento de su rodilla. El arzobispo de Kinshasa, Cardenal Ambongo, ha reconocido que este acuerdo permite a la Iglesia moverse con mayor seguridad. No olvidemos que en un pasado reciente las tensiones han sido muy fuertes, sobre todo cuando los obispos han criticado la corrupción o han denunciado la falta de transparencia de los resultados electorales.

El cardenal Parolín, que no pretende sustituir al Papa en Kinshasa sino anticipar su visita, ha reiterado que la Iglesia sólo desea desarrollar eficazmente su labor al servicio de toda la población, siempre con el objetivo del desarrollo integral de todas las personas, sin distinciones étnicas o religiosas, y especialmente de los más pobres y necesitados.