Coartada para el gobierno Frankenstein

Al PSOE le han entrado las prisas. El ministro Ábalos poco menos que suplica a ERC que no desaprovechen la oportunidad para el diálogo que se les brinda, mientras Sánchez inicia las conversaciones con Pablo Casado e Inés Arrimadas, más como una coartada que como un atisbo de un más que improbable plan B.

Casado ya le ha dejado claro a Sánchez que tiene su lealtad institucional para acordar asuntos de Estado, pero que no cuente con su apoyo para una investidura en la que ha elegido como socio principal a Podemos, y como apoyo necesario a los independentistas de ERC. Reclamar al PP y a Ciudadanos una abstención “patriótica”, para después hacer políticas de la mano de Podemos y con el aval de los independentistas, es sencillamente una trampa impresentable. Sánchez tenía otra alternativa y hoy ha perdido su última oportunidad de forjarla: ofrecer un pacto de legislatura a los constitucionalistas, evitando así la hipoteca de los que antes no le dejaban dormir y de los que quieren romper España y la constitución. Hasta en cinco ocasiones, como ha contado Pablo Casado, Sánchez se ha negado a explorar esa posibilidad

A las reuniones de hoy seguirán los contactos con los presidentes autonómicos, pero también la decisión del Tribunal de Justicia de la Unión Europea sobre la inmunidad de Oriol Junqueras, y el Congreso de ERC. Un escenario convulso en el que Sánchez improvisa y genera nuevas incertidumbres.