Línea editorial: Bildu no cambia su pulsión totalitaria

Madrid - Publicado el - Actualizado
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La izquierda independentista protagonizó ayer en Pamplona un lamentable episodio que expresa con claridad cuál es su forma de entender la política. Al paso del arzobispo con los miembros del cabildo catedralicio, junto con las autoridades municipales, por la calle Curia hacia la catedral, los radicales vinculados a los diversos satélites de Bildu se abalanzaron contra los políticos de Navarra Suma y del Partido Socialista, con insultos y agresiones que causaron heridas a varios agentes de la policía municipal.
La violencia con la que se produjo el intento de linchamiento, delante de familias con niños, en un clima de fiesta, es síntoma de la degradación moral de un sector que no entiende las reglas de la democracia. El arzobispo de Pamplona, monseñor Francisco Pérez, ha hecho público un comunicado en el que “lamenta que los representantes de las instituciones públicas sean agredidos e insultados y que quienes los protegen tengan que sufrir semejante expresión de odio y violencia”.
Ahora que Pedro Sánchez dinamita el “espíritu de Ermua”, que supuso un antes y un después de la rebelión de la sociedad civil frente al terrorismo de ETA, es necesario intensificar la denuncia y condena de los intentos del mundo heredero de la banda de hacerse con la calle mediante la amenaza y la coacción.
Los sucesos de ayer en Pamplona son una seria advertencia para quienes justifican la normalización de Bildu y están dispuestos a recibirla en la “dirección del Estado”, ese que ellos aspiran a destruir.



