Cuando un Gobierno se dedica a señalar a periodistas
"El sanchismo empieza a hacer del señalamiento a los periodistas una de las marcas identificativas de su manera de gobernar y de entender la propia democracia"

Escucha la línea editorial de la mañana del miércoles 22 de octubre de 2025
Madrid - Publicado el
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El sanchismo empieza a hacer del señalamiento a los periodistas una de las marcas identificativas de su manera de gobernar y de entender la propia democracia. El último en sufrirlo, de manera tan grosera como preocupante, ha sido nuestro compañero David Alandete, corresponsal de la Cadena COPE en Washington. Primero fue la ministra de Defensa, Margarita Robles, y después el ministro Óscar Puente, que no hay charco que no pise y que siempre está dispuesto a cumplir la función de agitador que el Gobierno necesita para distraer y polarizar. Al Gobierno no le gustan las preguntas que Alandete le ha formulado a Donald Trump en la Casa Blanca sobre el gasto en defensa por parte de España. En su reacción revela cuál es su concepción de la libertad de expresión, de información y del papel que los periodistas deben jugar en una democracia sana. Sus reacciones, además, le retratan y dejan clara su falta de interlocución con el Gobierno de Estados Unidos.
Resulta bochornoso que haya ministros que digan sin pudor que Alandete es un "terminal político" mientras ellos mismos ponen a sus medios afines a contribuir a la campaña de descrédito y hostigamiento al periodista. No solo es la causa de un periodista ni de una serie de medios lo que está en juego. Es la propia función de una prensa libre, clave de bóveda de una sana democracia. Exactamente la función que cumple, como tantos otros, David Alandete.