Falta una política migratoria de Estado
"Junto a la política de seguridad y gestión en nuestras fronteras debe asentarse un marco común de integración más allá de los fáciles eslóganes"

Escucha la Línea Editorial del jueves 17 de julio
Madrid - Publicado el
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Pedro Sánchez firmó ayer en Mauritania un acuerdo para “promover una migración segura, regular y ordenada”. Es la tercera vez en dos años que Sánchez viaja a este país del norte de África. Dentro de la región del Sahel, Mauritania es una pieza clave, entre otras razones, porque el 56% de los migrantes irregulares que llegaron a Canarias el año pasado proceden de esa nación. Este acuerdo afecta a ámbitos como la financiación del transporte, la Seguridad Social, la ciberdefensa o los parques nacionales, y debería llevar a que Mauritania asumiera el compromiso de la lucha eficaz contra las mafias que utilizan a las personas migrantes como mercancías. España está tratando de intensificar su presencia institucional en el África occidental. Sería deseable que estos acuerdos se firmarán con el resto de las naciones del entorno como Senegal, Gambia, Guinea, Malí o Burkina Faso. Cuestión aparte son las relaciones siempre complejas con Marruecos.
Pero estos acuerdos pierden efectividad por la ausencia de una política migratoria de Estado con perspectiva de conjunto, que atienda a la situación de los países de salida y también a la que se está creando en España. Junto a la política de seguridad y gestión en nuestras fronteras debe asentarse un marco común de integración más allá de los fáciles eslóganes. Si no hay una política de Estado de inmigración existe el peligro de que se acrecienten los discursos radicales de señalamiento, por un lado, y por otro la segregación y el colectivismo de las propuestas de determinados partidos políticos que sostienen un multiculturalismo que ya ha fracasado y que no se corresponde con la realidad social.