La escasa relevancia de Europa en el plan de paz
Ya puedes escuchar la Línea Editorial de esta tarde del 9 de octubre

Madrid - Publicado el
1 min lectura
El acuerdo de paz alcanzado entre el Gobierno de Israel y los líderes de Hamás es, sin duda, un motivo para la esperanza. A falta de concretar los detalles y de comprobar la estabilidad del nuevo escenario, el cese de la violencia y la liberación de los rehenes constituyen un primer paso que debe ser recibido con un optimismo prudente.
El papel protagonista de Estados Unidos, con su presidente Donald Trump a la cabeza, aporta nuevos matices a su influencia internacional, mientras que la mediación de países como Egipto, Catar o Turquía demuestra la complejidad del pacto alcanzado.
En el ámbito más doméstico, sin embargo, no puede pasarse por alto la falta de liderazgo de la Unión Europea en esta negociación. Europa parece haberse conformado con una política de gestos y con declaraciones meramente simbólicas, que contrastan con su escasa capacidad de acción.
En el caso de España, el presidente Sánchez ha asumido un liderazgo declarativo al fijar posición en la denuncia de los ataques de Israel, pero no deja de sorprender la actitud de sus socios de Gobierno ante el acuerdo de paz.
Mientras gran parte de las potencias mundiales acogen con optimismo el cese de la violencia, los ministros de Sumar, con la vicepresidenta Díaz al frente, rechazaron el plan de paz, situándose en una posición difícilmente comprensible. Que el Gobierno aprobara el embargo de armas a Israel justo en el momento en el que la violencia ha cesado, es otra muestra del carácter puramente simbólico y declarativo del papel de España y de Europa en este conflicto.