Alemania ha vuelto… Y no puede permitirse fracasar
"Se trata de un punto de inflexión histórica para Alemania, obligada a reinventar su lugar en el mundo por los acontecimientos internacionales"

Escucha la línea editorial de la mañana del viernes 11 de abril de 2025
Madrid - Publicado el
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“Alemania ha vuelto”. Friedrich Merz, quien en menos de un mes se convertirá en canciller de la principal locomotora europea, anunciaba así el acuerdo de gran coalición entre democristianos y socialdemócratas para los próximos cuatro años. Se trata de un punto de inflexión histórica para Alemania, obligada a reinventar su lugar en el mundo por los acontecimientos internacionales. La República Federal nació en 1949 como reacción a los horrores del nazismo y a los excesos del nacionalismo. En su ADN original está grabado el anclaje trasatlántico y la unidad de Europa. En las décadas posteriores, Alemania fue la pieza clave en el deshielo entre Este y Oeste y en la cooperación que se articuló con Rusia. Durante muchos años ha sido el principal socio comercial de China, por delante de EE.UU. En el plano interno, la fama de su estabilidad política ha rivalizado solo con su celo a su celo por la estabilidad presupuestaria. De ahí la paradoja de que alguien como Friedrich Merz, un ferviente atlantista y halcón de las finanzas, se erija ahora en adalid de un fuerte aumento del gasto público para financiar la autonomía estratégica de Europa frente a EE.UU. y la revitalización de la industria alemana. Es la única baza que les queda a las fuerzas centristas para evitar el hundimiento. En frente, liderando la oposición, estará la ultraderecha más peligrosa del continente, mientras amenaza también el ascenso de la izquierda radical, igualmente populista y xenófoba. No importa lo delicada que sea la situación internacional; no habrá excusas ni segundas oportunidades. Sencillamente, la gran coalición no puede permitirse fracasar.