Las fuerzas de seguridad francesas han detenido desde mediados de julio a 26 personas como sospechas de provocar incendios, lo que se ha traducido ya en al menos cuatro condenas y seis órdenes de prisión preventiva, según el ministro del Interior, Gérald Darmanin.

El ministro ha reconocido el "origen criminal" de algunos de los incendios desatados en Francia este verano, por lo que ha defendido la necesidad de perseguir las actividades que, de forma voluntaria o fortuita, deriven en el inicio de fuegos.

Interior ha movilizado a más de 500 policías y gendarmes para tratar de dar con los pirómanos. Sólo en la Gironda, una de las zonas más damnificadas por la última ola de incendios, la Fiscalía ha abierto una treintena de investigaciones para determinar el origen de los múltiples fuegos.

Darmanin ha recordado durante una visita al departamento de Jure, precisamente uno de los afectados por las llamas, que las penas de cárcel para los pirómanos pueden ser de entre diez y 30 años en caso de que fallezca alguna persona víctima de las llamas, según la cadena BFMTV.

Francia ya ha perdido este año más de 62.000 hectáreas, según los informes europeos que acreditan un verano sin precedentes en todo el continente, como lo acreditan también los incendios que aún siguen activos en países como España y Portugal.