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Boris Johnson consigue la mayoría absoluta para lanzar al Reino Unido a un Brexit inminente

Los conservadores, liderados por el primer ministro británico, Boris Jonhson, han alcanzado la mayoría absoluta

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AgenciasCOPE.es

Tiempo de lectura: 6'Actualizado 13:49

Los conservadores del primer ministro británico, Boris Jonhson, han alcanzado la mayoría absoluta que buscaban para ejecutar el Brexit, según el recuento oficial de votos de las elecciones generales del jueves en el Reino Unido.

Los conservadores superaron los 326 escaños necesarios para alcanzar esa mayoría absoluta, la mitad más uno de los asientos que componen la Cámara de los Comunes del Parlamento de Westminster.

Cuando se han escrutado 613 de los 650 asientos, los "tories" obtienen 337 escaños, seguidos de los laboristas de Jeremy Corbyn con 200 diputados, mientras que el Partido Nacionalista Escocés (SNP) obtiene 46, el Partido Liberal Demócrata saca ocho, y el resto corresponde a otras formaciones políticas. La cadena pública BBC estima que los conservadores sacarán un total de 362 escaños.

El SNP de Nicola Sturgen es, junto con los conservadores, el gran vencedor de esta cita electoral ya que la proyección es que sacará 52 de los 59 escaños que tiene Escocia en el Parlamento. El pro-europeo Partido Liberal Demócrata ganaría 13 escaños, uno más que en la cita electoral de 2017. El sondeo a pie de urna que divulgaron anoche las cadenas BBC, ITV y Sky anticipó la mayoría absoluta para los conservadores con 368 escaños y otorgó a los laboristas 191 diputados.

Con Johnson como líder, los conservadores dan un gran salto frente a los 317 escaños que habían obtenido en las elecciones de 2017 con Theresa May al frente del partido. El jefe del Gobierno británico ha asegurado, tras su victoria en las elecciones legislativas, que el pueblo británico ha tomado una decisión "irrefutable" e "indiscutible" a favor del cumplimiento del Brexit. "Con este mandato la mayoría al menos podrá cumplir el Brexit porque estas elecciones implican que el cumplimiento del Brexit es ahora la decisión irrefutable, irresistible e indiscutible del pueblo británico", ha asegurado el líder de los 'tories' en un discurso ante seguidores de su partido en Londres tras hacerse con una clara mayoría absoluta en las elecciones legislativas.

Johnson ha subrayado que la victoria electoral de los conservadores "pone fin a todas esas miserables amenazas de un segundo referéndum" sobre el Brexit y ha trasladado a los activistas 'tories' que el triunfo en las urnas ha llegado gracias a ellos. Tras rendir homenaje a los compañeros de partido que no han conseguido revalidar su escaño, el primer ministro ha destacado que el triunfo del jueves es la mayor victoria de su partido desde la década de los años 80.

Johnson ha agradecido el apoyo de los votantes británico que han decidido cambiar su voto para apoyar a los conservadores en la cita electoral de este jueves. "Nunca daré por garantizado el apoyo que me han concedido", les ha asegurado. Por último, ha recalcado que el Brexit se cumplirá para el 31 de enero "sin peros que valgan y sin quizás". "Hagamos el Brexit pero primero hagamos el desayuno", ha ironizado para concluir.

Al retener su escaño de la circunscripción inglesa de Uxbridge & Ruislip North, Johnson dijo que los conservadores han recibido un "mandato poderoso" para liderar y "unir" al Reino Unido, e insistió en que hoy mismo empezará el trabajo de centrarse "en las prioridades" de la gente, como la Sanidad y la Educación. El líder "tory", que llegó al poder el pasado julio en sustitución de May, ha centrado su campaña en la necesidad de ejecutar el "brexit" y cumplir con el calendario fijado del 31 de enero de 2020. 

REESTRUCTURACIÓN DEL MAPA POLÍTICO

La indiscutible mayoría absoluta recabada por el Partido Conservador en las generales representa una profunda reestructuración del mapa electoral británico, en el que la derecha ha conseguido entrar en terrenos hasta ahora vetados, a costa del descalabro de un Partido Laborista vapuleado en sus bastiones tradicionales tras los peores resultados desde 1935.

El nacionalismo escocés completa el cuadro de la marcada reconfiguración arrojada por este 12 de diciembre, con un resurgir que exacerbará la presión por un segundo referéndum de independencia en Escocia.

Las 'elecciones del Brexit' han redibujado las convenciones ideológicas de un país que evidencia el peso abrumador del plebiscito de 2016 en el imaginario colectivo. Este jueves, los votantes premiaron a quien les había ofrecido certidumbre en materia de salida, confirmando la eficacia del mensaje directo con el que el primer ministro, Boris Johnson, se había jugado el órdago para apuntalar su presencia en Downing Street.

Su "Materialicemos el Brexit" ("Get Brexit Done", en su versión original) suponía una mera modernización del 'Recuperemos el Control' ("Get Back Control") que había decantado la consulta que determinó el fin del matrimonio de conveniencia mantenido por Reino Unido y la Unión Europea desde 1973.

Su efectividad no ha perdido vigencia tres años y medio después, frente al rechazo y la diseminación del apoyo obtenidos por las fuerzas que ofrecían ambigüedad, o reabrir el debate.

Mientras Johnson inaugura una nueva era en una política británica que no registraba mayorías contundentes desde la última victoria del laborista Tony Blair en 2005, la oposición ha quedado condenada a un doloroso proceso de búsqueda de identidad, tras la cuarta derrota consecutiva, segunda de su líder, Jeremy Corbyn, quien está obligado a asumir la responsabilidad sobre unos resultados que la formación intenta infructuosamente vincular al monopolio del Brexit durante la campaña.

LA DEBACLE DEL PARTIDO LABORISTA LIDERADO POR CORBYN

La debacle laborista se ha visto complementada con el decepcionante saldo de los liberal-demócratas, un partido que esperaba capitalizar el voto pro-UE con su controvertida promesa de revocar el Brexit y que ha acabado viendo cómo su líder, Jo Swinson, perdía su escaño en el Parlamento, víctima de la avalancha del Partido Nacionalista Escocés (SNP, en sus siglas en inglés), el otro gran vencedor este 12 de diciembre, en el que ha recabado la mayoría de los 59 asientos que disputaba en Westminster.

Si bien es cierto que laboristas y liberaldemócratas se han visto afectados por la división del apoyo del electorado partidario de la continuidad, Corbyn tendrá difícil mantener la línea argumental de que el divorcio, y no sus penosos índices de aprobación, o su forzada ambivalencia en materia de Brexit, ha sido el catalizador fundamental del colapso del jueves. Su marcha es inevitable, por lo que la transición será clave para evitar que la izquierda se resquebraje en una guerra civil por el control interno.

El ostracismo al que ha quedado condenada contrasta con el vuelco que Johnson ha logrado imbuir con una recuperación histórica que resarce a los conservadores de la humillación que supusieron los 13 años de reinado del Nuevo Laborismo. Su reacción inicial ante los resultados sugiere que el 'premier' comprende las repercusiones de la reescritura de los lindes ideológicos y partidarios que han dejado las primeras generales celebradas en diciembre desde 1923.

NUEVO ELECTORADO

Su reconocimiento de que los 'tories' tienen que reflejar a su nuevo electorado supone una admisión tácita de la obligación moral de promover políticas inclusivas que tengan en cuenta el respaldo de las clases trabajadoras que ayer ratificaron su presencia en la residencia oficial. El cacareado voto táctico, o el aparente recorte de las encuestas, colapsaron ante lo que el propio Johnson ha calificado como un "terremoto" que forzará a "cambiar" el Partido Conservador.

El primer ministro es consciente del peso del Brexit sobre un triunfo sin precedentes desde la victoria de Margaret Thatcher en 1987, pero en la oportunidad que el divorcio ha abierto se esconde, también, un riesgo, si la derecha no es capaz de ofrecer más al lucrativo segmento electoral que, por primera vez, ha apostado por la papelata conservadora.

Las generales ha supuesto un refrendo de la estrategia que había dictado su campaña, pero, para que el éxito perdure, la dinámica de la división y la concentración en un mero mensaje, el de la ruptura, no pueden constituir la respuesta cuando los electores demanden la materialización de la prosperidad prometida por Johnson, si le permitiesen consumar el Brexit y pasar así a priorizar la agenda doméstica.

REVISIÓN DE LA SALIDA

Lo incontestable de unos resultados que suponen prácticamente una coronación de Johnson le otorga poder absoluto para implementar los cambios que desee, empezando por una salida de la UE cuya vocación podría verse sustancialmente alterada. Libre de las ataduras de las diferentes facciones que cohabitan en las filas conservadoras, el 'premier' se ha ganado en estos comicios la legitimidad para imponer su modelo de ruptura y está por ver si vence la línea dura vendida hasta ahora, o el pragmatismo que requerirá la nueva fase de la negociación con la UE.

No en vano, los réditos que su partido recoge esta jornada constituyen, ante todo, una reivindicación del órdago al que el primer ministro se había lanzado con un adelanto electoral que, de fallar, hubiese acabado no solo con su carrera política, sino probablemente con el proyecto que lo había llevado hasta Downing Street y cuya materialización subyacía tras el envite de las urnas.

La maniobra, sin embargo, ha resultado exitosa, y confirma la resistencia de la derecha, tras casi una década de gestión caracterizada por la austeridad. Los conservadores han demostrado capacidad de avance, en lugar de la inevitable erosión que, por defecto, provoca el desgaste en el poder y Johnson puede atribuirse gran parte de la autoría en lo que ha supuesto un golpe maestro.

Su triunfo se extiende a todas las casillas que estaban en juego, ya que no solo ha obtenido la hegemonía para materializar el Brexit, sino que inaugura una nueva era en la política británica. El divorcio, de hecho, ha cumplido con un cometido más específico que romper con el bloque: el que Johnson le había encomendado en febrero de 2016, cuando decidió apoyarlo como instrumento para alcanzar la ambición de toda una vida de mudarse al Número 10.

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