En casi cualquier bar del centro de Berlín pueden encontrarse todavía las tarjetas postales gratuitas con las que la Assemblea Nacional Catalana felicitaba el año a todos los berlineses. “Políticos catalanes y representantes de la sociedad civil llevan un año en prisión”, dice el texto, “aunque su único delito ha sido organizar manifestaciones y un referéndum”. “Esto sucede en Europa en 2019. Permítame solicitar muestras de su solidaridad con estos presos políticos, con los derechos fundamentales y con la democracia”, sigue el texto, “muchas gracias, les deseamos a usted y a su familia un feliz año nuevo”.

La tarjeta no es más que uno de los elementos de propaganda que proliferan en Berlín, salidos de cualquier rincón. Panfletos que piden Libertad para los presos políticos. Los hemos visto a la salida de teatros, cines , conciertos… en la Berlinale, en la Fruit Logistic, y posiblemente lleguen también a la Feria Internacional de Turismo de Berlín. Hashtags en varios idiomas para promover la autodeterminación como un derecho, no como un crimen, y pequeños folletos que resumen la historia del procés, al menos su versión de la historia del procés, además pegatinas con los retratos de los enjuiciados por el Supremo, que son presentados como víctimas totalitarismo, y actos en los que se desdibuja la línea que separa la cultura de la propaganda, como la proyección del documental “El gobierno catalán bajo el cerco de España”, que tendrá lugar el 22 de febrero en el céntrico cine Babylon. Las entradas son gratuitas y la proyección aparece patrocinada por Mediapro, Loterías de Berlín, el foro de debate político Bildungswerk Berlin, ligado a la Fundación Heinrich Böll, y la Assemblea Nacional Catalana.