Catorce hombres murieron entre el 6 y el 9 de enero en La Vega, una barrio humilde de Caracas. La policía asegura que perdieron la vida en tiroteos con las fuerzas de seguridad. Los testimonios de los vecinos y un examen forense independiente cuentan una historia diferente. “Amnistía Internacional ha venido documentando en los últimos años esta práctica sistemática de ejecuciones extrajudiciales en Venezuela, sobre todo en contra de hombres jóvenes, en barrios populares”, asegura a COPE Érika Guevara Rosas, directora para las Américas de Amnistía. “Las fuerzas de seguridad acusan a estas personas de encontrarse en algún enfrentamiento armado, y muchas veces hemos documentado el encubrimiento de las escenas del crimen para mostrar públicamente que se trataba de una situación de enfrentamiento”, señala.

Guevara Rosas dice que -en una investigación propia- AI ha verificado “evidencias fotográficas y videográficas, y hemos podido hacer análisis de los cuerpos con ayuda de un patólogo forense externo independiente”. La conclusión a la que han llegado después de verificar "los detalles de las lesiones, es que estamos ante una situación que pudiese considerarse como ejecuciones extrajudiciales”. Han comprobado que “siete cuerpos tenían heridas de bala en el corazón, otros dos cuerpos tenían un único impacto de bala inmediatamente sobre el corazón, y dos cuerpos tenían una sola herida de bala en la cabeza”. Tiene claro que “no se trataba de un enfrentamiento de fuego cruzado sino que hubo una intencionalidad letal en las heridas recibidas por estas personas”.

Según la investigación de Amnistía Internacional, “la ubicación y el número de las heridas de bala en los cuerpos de las víctimas en La Vega hacen aún menos creíble la versión oficial de que estas muertes se produjeron en un enfrentamiento con fuego cruzado, y -por el contrario- corroboran los hallazgos de AI sobre una política sistemática de ejecuciones extrajudiciales”. Además, los testimonios de familiares de las víctimas y muchos de los relatos coinciden con “el modus operandi que se ha documentado repetidamente en el pasado, con funcionarios policiales que entran a las viviendas sin orden de detención o de allanamiento, inmovilizan al joven dentro de la vivienda, sin que se produzca ningún enfrentamiento, se retiran, o incluso dentro de la vivienda, lo ejecutan con uno o dos disparos en una zona altamente letal del cuerpo como el tórax o la cabeza”. La directora para las América de AI reitera que “las ejecuciones extrajudiciales en

Venezuela no son actos aislados sino que se trata de una política generalizada y sistemática, y no hay investigaciones frente a los múltiples casos”.