“El intento del presidente del Gobierno pasa por llegar a puerto por el lado de las rocas”. Así describe el entorno de Pedro Sánchez la partida que está jugando España sobre el tablero internacional para lograr el punto y final a la crisis en Venezuela. Entre bambalinas, La Moncloa ha admitido que nuestra posición es compleja porque, por un lado, prioriza la unidad europea y, por otro, busca liderar un grupo de países iberoamericanos para ejercer presión sobre Nicolás Maduro, pero una presión que las fuentes gubernamentales definen como “constructiva”.

A esa colaboración, juntos, para favorecer una salida, la única posible de las elecciones libres, democráticas y transparentes, ha deseado Sánchez sumar al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, más partidario de la equidistancia con el régimen chavista. Sea como fuere, los guiños del jefe del Ejecutivo prometen seguir sucediéndose en la cuenta atrás para el reconocimiento de Juan Guaidó como presidente legítimo de Venezuela.

Ya la Internacional Socialista, reunida en Santo Domingo, sirvió a Pedro Sánchez nada más aterrizar este pasado martes en República Dominicana para respaldar a la Oposición. Un gesto que completó lanzándose desde la tribuna contra Maduro, al que tildó, sin nombrarlo, de tirano. A puerta cerrada, el presidente del Gobierno ya había dado su palabra a opositores venezolanos de su respaldo a Guaidó como líder de la transición. El Ejecutivo empieza a trabajar en escenificar el reconocimiento del opositor como presidente interino.

El paso por México le sirve también a Pedro Sánchez para recordar y reivindicar a los exiliados del chavismo. En paralelo, las noticias que llegan al Gobierno son de “aislamiento” y “nerviosismo” de Maduro. La presión, a juicio del entorno del Presidente, surte su efecto, aunque todavía ésta sea insuficiente. Esas mismas fuentes se revuelven contra el azote de PP y Ciudadanos y defienden que Sánchez ha mantenido siempre idéntica posición, ya sea en la oposición o ahora en el Gobierno, de contundencia frente al régimen chavista.

De hecho, desvelan que Pedro Sánchez habla frecuentemente con Lilian Tintori, esposa de Leopoldo López, uno de los líderes de la oposición en Venezuela. “Mantienen un contacto fluido, aseveran los consultados, con al menos una conversación mensual”.