Como si de un atril maldito se tratara. Primero causó baja el director adjunto Operativo de la Guardia Civil, el teniente general Laurentino Ceña. Apenas presenta ya síntomas de la enfermedad, pero tras dar positivo trabaja ahora desde casa a través de videoconferencias.

Algo parecido a la convalecencia del propio Fernando Simón, director del Centro de Alertas y Emergencias del ministerio de Sanidad y segundo en ceder el relevo en la tribuna diaria afectado por el virus. Este martes se ausentó de la rueda de prensa, tras dar positivo al coronavirus, el primer comisario de la Policía, José Ángel González. Ni Ceña ni González se sienten cómodos ante el micrófono. “No es lo suyo”, dice a COPE un buen amigo de J, como se le conoce en el Cuerpo al director adjunto operativo de la Policia.

Ceña y González se suman a los más de 440 policías nacionales afectados por el virus y a los 539 guardias civiles. Otros 7000 agentes de ambos cuerpos permanecen en cuarentena, aislados en sus domiclios, ante la sospecha de que pueden tener la enfermedad por haber estado en contacto con los casos positivos.

Más de 1000 guardias de esa bolsa de desactivados se han sometido ya a los test de detección para determinar si deben de seguir o no fuera de servicio. Se suman 797 policias nacionales, tambien en cuarentena. En un plazo de uno a tres dias, nos dicen en la Dirección General de la Policia, sabrán si pueden volver al puesto de trabajo. Una buena noticia de cara a mantener con garantías la operatividad de los dipsositivos policiales.

Este miércoles, además, llegan nuevas remesas de material sanitario (mascarillas y guantes) a las distintas jefaturas y comandancias de toda España. Denuncia Monica Gracia, secretaria general del Sindicato Unificado de Policia (SUP), que parte del material que se les ha entregado hasta ahora, procedente de donaciones, no ofrece garantías de seguridad suficientes: “Hay mascarillas quirúrgicas con unas condiciones de resistencia mínimas, válido quizás para personal de oficinas”. También se están recibiendo mascarillas de alta cualificación FFP-2 que, estas si, cumplen con los estándares exigibles para un agente en contacto directo con los ciudadanos durante muchas horas.

Entre los países que están colaborando con España para ayudarle a salir de esta situación precaria se suma Portugal. Según ha sabido Cope la Guardia Civil interviene en el transporte a nuestro pais de material sanitario procedente de territorio luso, donde una mejor prevención de la enfermedad ha aminorado notablemente los efectos del coronavirus.

Los representantes sindicales vuelven a acusar de oscurantismo a los responsables de Interior. Aseguran que nadie cuantifica los elementos de protección que están siendo distribuidos ni las existencias que hay disponibles. “Se va improvisando y se esconden datos. No se informa ante la Comisión de Riesgos Laborales ni siquiera a través de los escritos que intercambiamos con esos responsables”, afirma Gracia. “El mayor problema es la falta de transparencia”, dice Adolfo Medina, del sindicato Profesional de Policia (SPP).

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El SPP considera que el ministro del Interior “insulta y falta al respeto a la Policia” cuando afirma de manera reiterada que todos los agentes “han tenido todos los medios de protección individuales necesarios y precisos” para realizar su trabajo. Dice este sindicato que Grande Marlaska “ha perdido su crédito ante la Policia Nacional”. Desde la Dirección General de la Institucion se afirma a cope que “ese no es el problema”. Material ha habido siempre, auqnue distribuido según las necesidades.

Un discurso que repiten cada dia en rueda de prensa los uniformados elegidos por Interior para dar la cara ante los medios de comunicación. Enmedio de una gestión de la crisis sanitaria calificada por muchos de excesivamente politica, llama la atención la decisión de poner a dos altos mandos policiales y un general del Ejército a dar la cara ante la ciudadanía. Algunos en la policía ven detrás la mano de Iván Redondo, el hombre para todo del presidente Sanchez. Ni el director general de la Policia, Francisco Pardo, también pendiente de las pruebas de detección del virus, ni la directora de la Guardia Civil, María Gámez, tampoco el Secretario de Estado de Seguridad, Rafael Perez, máximo coordinador de los operativos, han dado la cara hasta ahora. Son los grandes ausentes de la crisis.

De ahí que ocupar el atril de Moncloa, dicen medios policiales, “más que un regalo parece una condena”. Lo de menos es el virus que anda suelto por Palacio. “Tener que vender como un buen trabajo lo que ha sido un fiasco total -dice Mónica Gracia, secretaria general del Sindicato Unificado de Policia- dilapida ante los suyos el prestigio de cualquier profesional. “Y J lo tiene”, lamenta Mónica.