La Guardia Civil ha detenido en la Sierra de Gredos a tres individuos, dos de ellos reincidentes en delitos vinculados con la caza furtiva en este mismo espacio el año pasado, tras haber abatido supuestamente a un ejemplar de macho de cabra montés, la especie más emblemática del macizo abulense.

Se les acusa de varios delitos de caza, banda organizada, tenencia ilícita de armas y falsedad documental, según ha informado este sábado en nota de prensa el instituto armado, que considera esta operación un 'golpe' a la caza furtiva en este Parque Regional.

La operación, conocida ahora, se realizó en la tarde del pasado 23 de julio, cuando los agentes tuvieron conocimiento de la presencia de presuntos cazadores furtivos en este espacio natural abulense, dentro de cotos pertenecientes al término municipal de Puerto Castilla.

La Guardia Civil puso en marcha varias actuaciones que incluyeron discretas vigilancias en los alrededores de dichos cotos, gracias a las cuales pudieron confirmar la presencia de un grupo de tres personas cazando de forma furtiva.

Los agentes presenciaron cómo una de esas personas entregaba a otra un arma de fuego provista de silenciador, con la que abatió inmediatamente a un macho de cabra montés (Capra Pyrenaica Victoriae).

Posteriormente se aproximaron al cuerpo del animal y allí, el que cedió el arma lo recogió y, tras decapitarlo, se llevó el trofeo y se marcharon del lugar.

La Guardia Civil explica que la complicada orografía del terreno y la falta de visibilidad por haberse adentrado en la sierra por la noche dificultó el seguimiento de los cazadores, de ahí que para dar con su paradero se llevara a cabo un operativo de búsqueda y localización que finalmente dio resultado.

Los tres individuos fueron sorprendidos cuando se acercaban a los vehículos que tenían escondidos en el interior del monte, procediendo a su detención, así como a la incautación de tres prismáticos, cinco walkie-talkie y un cuchillo.

Una vez llegado el amanecer, los agentes realizaron una inspección de la zona en la que supuestamente se había cometido el delito, hallando escondidos guantes, un cuchillo carnicero con restos biológicos, el cuerpo decapitado del animal abatido y dos trofeos de caza.

Dos de los tres implicados, según se ha podido demostrar, formaban de una banda organizada en la caza furtiva dentro de la Sierra de Gredos.