En los 40 años de democracia española, todos los Gobiernos, desde los de Adolfo Suárez al último de Pedro Sánchez, que aún permanece en funciones, han tenido una característica común: todos los miembros del Consejo de Ministros pertenecían al partido del presidente del Gobierno, con la excepción de algunos independientes que han participado en los distintos gabinetes.

Una normalidad en la política española, la de los Gobiernos monocolor, que contrasta con la mayoría de países de nuestro entorno, en los que los gabinetes formados por dos, tres, cuatro o más partidos, son la norma habitual.

Los ejemplos más conocidos los tenemos en Alemania, donde conservadores y socialdemócratas han gobernado en coalición en tres de las últimas cuatro legislaturas, o en Italia, donde el curioso matrimonio entre la Lega y el 5 Stelle permanece en pie, al menos hasta que Salvini considere que le conviene adelantar elecciones.

Más extremos aún son los ejemplos de lugares como los Países Bajos, donde el Gobierno liderado por Mark Rutte incluye hasta a cuatro partidos distintos.

En España, los Gobiernos de coalición no son una novedad. En la Comunidad Autónoma Vasca, por ejemplo, se han ido alternando los Ejecutivos de coalición entre PNV y PSE y PNV y Eusko Alkartasuna, y los Gobiernos monocolor son una excepción. Actualmente, 3 de los consejeros del Gobierno Vasco pertenecen al Partido Socialista de Euskadi.

De las otras tres comunidades autónomas cuyos Gobiernos no están en funciones (Galicia, Cataluña y Andalucía), dos de ellas tienen un Ejecutivo de coalición. En Cataluña, el gabinete liderado por Quim Torra alterna consellers de Junts per Catalunya y ERC, mientras en Andalucía, PP y Ciudadanos comparten el Gobierno de Juanma Moreno.

El resto de comunidades autónomas, que tienen en su gran mayoría Gobiernos en funciones, apuntan casi todas a acabar formando Ejecutivos de coalición. Es lo más probable en Cantabria (donde ya gobernaban PRC y PSOE en la anterior legislatura), Castilla y León (donde PP y Cs están muy cerca de llegar a un acuerdo de Gobierno), la Comunidad de Madrid (si Vox da su apoyo a PP y Cs) y la Comunidad Valenciana y Baleares, donde el PSOE busca reeditar sus coaliciones con nacionalistas e izquierdistas de la legislatura anterior. Aún está por ver lo que sucede en otras comunidades, como Aragón, Canarias, Navarra o la Región de Murcia.

La convivencia entre diversos partidos políticos dentro de un mismo Gobierno es, pues, un hecho consumado en la mayoría de comunidades autónomas y ayuntamientos de nuestro país. El único coto que queda por conquistar es el Gobierno central, donde Pablo Iglesias se empeña en entrar...Y Pedro Sánchez sigue dándole largas.