María Dolores de Cospedal y Soraya Sáenz de Santamaría serán rivales en el Congreso Extraordinario del PP en julio para elegir al sucesor de Rajoy. Ambas dirigentes han presentado este martes sus respectivas candidaturas, después de que ya lo hicieran Pablo Casado, José Ramón García, José Luis Bayo y García Margallo.

Lo cierto, sin embargo, es que ambas dirigentes mantienen desde hace años un disimulado y tenso desencuentro. La Convención de Sevilla de 2008, en la que Mariano Rajoy se rodeó de sus pesos pesados, marcó el comienzo de la rivalidad. Santamaría fue nombrada portavoz del grupo popular en el Congreso, mientras que Cospedal fue designada secretaria general del partido.

Dos puestos de enorme importancia desde los que lograr allegados y respaldos para reafirmar su poder ante los militantes. Una vez Rajoy llegó a la presidencia del Gobierno, decidió que fuera la primera quien le acompañara como vicepresidenta, y dejó a la segunda en la presidencia de Castilla-La Mancha. La decisión fue difícil de aceptar para la madrileña, y cuando las dos se reunieron para una visita protocolaria a la Santa Sede en 2012, las tensiones estallaron.

El Papa Benedicto XVI se encontraba en plena misa, nombrando a dos nuevos 'Doctores de la iglesia' católica. Santamaría, que aquella mañana había recibido instrucciones de utilizar un velo negro para taparse la cabeza, no puedo evitar regañar a Cospedal  por dejar fuera del velo una parte de su cabello. La tensión continuó después, cuando la secretaria general tuvo que esperar en una silla quince minutos mientras la vicepresidenta se reunía con el secretario del Estado Vaticano.

El 7 de abril de 2018, seis años después, parecía consumarse la venganza. A la salida de la Convención Nacional del PP en Sevilla -el escenario de la discordia hace diez años-, los dirigentes del partido fueron a una comida conjunta con Mariano Rajoy. Sin embargo, cuando el coche oficial de la vicepresidenta llegó al restaurante se encontró con que la entrada le estaba vetada. "La comida es solo del partido, no del Ejecutivo", le espetó un colaborador de Cospedal.

Cuando los dirigentes del PP preguntaron dónde estaba la portavoz del Gobierno que, efectivamente, Rajoy había invitado a la comida, todos enmudecieron. Se trataba del segundo desencuentro, pero no del último, que se produciría en la celebración del 2 de Mayo en Madrid.

En este caso, las cámaras sí fueron testigo de la tensión entre las dos dirigentes. Una silla vacía, ocupada de vez en cuando por el presidente en funciones de la Comunidad de Madrid, Ángel Garrido, las distanciaba física y mentalmente. La postura corporal y los gestos faciales denotaban una incomodidad que se hizo patente cuando salieron del evento a toda prisa y sin atender a la prensa.

Los días 20 y 21 de julio se celebrará el congreso extraordinario para decidir qué candidato se lleva la corona del Partido Popular. A partir de hoy comienza una intensa campaña política en la que Soraya y Cospedal medirán sus discursos, intentando mostrar su mejor cara ante las declaraciones de su contrincante. Nadie descarta que salte la sorpresa y otro de los populares se haga con la presidencia, pero lo más probable es que Mariano Rajoy presencie desde la grada cómo una de las dos mujeres llega por primera vez a la presidencia del Partido Popular.