La alta incidencia que ha traído la variante ómicron, la sexta ola de la pandemia, ha llevado a muchos trabajadores de nuevo a sus casas. Es difícil manejar cifras exactas, la próxima semana la Encuesta de Población Activa recogerá una fotografía del cuarto trimestre de 2021 pero, según nos confirma una consultora potente con sede en Madrid, hasta el 80% de las grandes empresas tiene ahora mismo a entre el 50% y el 100% de su plantilla teletrabajando en aquellas funciones donde la presencialidad no es necesaria.

Es el mismo porcentaje que manejan desde UGT. Su responsable de Digitalización, José Varela, nos dice que “las grandes empresas han aumentado la frecuencia del teletrabajo pero mucho menos las pymes que ante la falta de un llamamiento gubernamental han optado, quizás porque la severidad de la pandemia es menor que en otras ocasiones, por seguir con la presencialidad como método preferente de trabajo ordinario”

Estamos hablando de la práctica totalidad de nuestro tejido productivo ya que el 95% de nuestras empresas son pymes. Un un reciente estudio de la Cámara de Comercio refleja que 3 de cada 4 pequeñas y medianas empresas no ven beneficios en el teletrabajo. ¿Por qué? Maria Isabel Labrado, investigadora del Departamento de Organización de Empresas y Marketing de la Universidad Complutense de Madrid explica que “el entorno idóneo para que el teletrabajo sea efectivo tienen que darse tareas muy autónomas y que requieran poca interdependencia entre los trabajadores, en definitiva, tareas repetitivas y automáticas” y eso, claramente, se da más en grandes empresas que además tienen plantillas más amplias.

El teletrabajo se sigue viendo como una medida sanitaria

A pesar del fuerte peso del sector servicios en nuestra economía y las mayores dificultades que pueden tener las pymes a la hora de implantar un modelo mixto (presencialidad y trabajo a distancia) vemos que con cada ola se va reduciendo el uso del teletrabajo. En el inicio de la pandemia, en el segundo trimestre de 2020, España alcanzó su pico de población activa teletrabajando con un 16% (unos 3,2 millones de personas) que se redujo hasta el 8% en el tercer trimestre y unos 2 millones de trabajadores estarían ahora mismo trabajando desde casa con motivo de la sexta ola. Que hayamos ido alejándonos de ese pico refleja, según José Varela, que las empresas siguen viendo el teletrabajo como una medida sanitaria para contener los contagios y no como un modelo que favorece la conciliación y el ahorro de costes. “No termina de llegar un cambio de mentalidad” dice el responsable de digitalización de UGT y en la misma línea la experta Labrado lamenta que “se sigue asociando presencialidad con productividad. Si no reaccionamos estamos perdiendo el tren de la flexibilidad y de una marca España que atraiga el talento digital”.