Tras algunos altibajos, la Bolsa ha cerrado finalmente en negativo. El índice Ibex 35 ha bajado un 0,41 por ciento, hasta 8.780 puntos. Las subidas de Inditex o Repsol no han podido enjugar las pérdidas de las eléctricas, las empresas turísticas y los bancos. El índice Ibex 35 queda para mañana en 8.760 puntos, con pérdida de un 0,6 por ciento.

Tras el Consejo de Ministros y su batería de medidas para reducir la factura de la luz, las acciones de Endesa han bajado un 5 por ciento. Las de Iberdrola se han dejado un 1,5 por ciento. También han cerrado en negativo, pero con mucha menos virulencia, Enagás y Naturgy. Recortes también en las empresas relacionadas con las energías renovables, como Acciona o Solaria. La incertidumbre regulatorio no genera un caldo de cultivo propicio para invertir en estos valores. Lo de “detraer” los beneficios extraordinarios y limitar la tarifa regulada del gas (en total unos 3.200 millones de euros) no hace ninguna gracia en el sector energético.

La contraparte es que el Estado verá como se reducen sus ingresos fiscales (cerca de 400 millones menos solo en la recta final del año), lo que a su vez aumentará el déficit y retrasará el control de las finanzas públicas. Este año se espera un déficit público del 8,4 por ciento y un 5 por ciento el que viene. El Gobierno espera que a finales de 2024 se acerque finalmente al 3 por ciento que exige Bruselas.

En el resto del mercado, Inditex ha subido cerca de un 2 por ciento. Mañana publicará sus resultados correspondientes al cierre de su segundo trimestre fiscal. Los analistas creen que la facturación ha crecido ligeramente hasta 7.000 millones de euros, con un beneficio neto superior a los 900 millones de euros. La empresa dueña de la marca Zara puede constatar que deja atrás la crisis provocada por la pandemia.
Recortes en AENA tras conocerse que el tráfico de pasajeros ha crecido un 19 por ciento el mes pasado respecto al mismo mes del pasado ejercicio, pero todavía es un 39 por ciento inferior a agosto de 2019, cifras anteriores a la pandemia.

La estrella del día ha sido PhamaMar, que ha recibido autorización para comercializar en Australia su antitumoral Lurbinectedina para el cáncer de pulmón microcítico metastásico. Paralelamente, PharmaMar ha iniciado los ensayos clínicos de última fase con ese compuesto en Estados Unidos. La FDA puede aprobarlo próximamente. Sus acciones han subido cerca de un 6 por ciento.

El otro foco de atención para los mercados ha estado hoy en el IPC de Estados Unidos. Ha crecido tres décimas en agosto, frente al medio punto de julio. La tasa de inflación anual se ha reducido del 5,4 al 5,3 por ciento. Son datos que se ajustan con precisión a las previsiones de los analistas y que sirven para alejar los temores a un crecimiento descontrolado de la inflación y mantenido en el tiempo. Los analistas creen que ya ha tocado techo, lo que da la razón a la Reserva Federal estadounidense en su impresión de que el excesivo aumento de los precios es pasajero. Los mercados, por tanto, entienden que la Reserva no verá obligada a subir el precio del dinero antes de lo que se pensaba. Se limitará, como anunció hace un par de semanas, a iniciar en breve la reducción de sus compras de bonos de forma lenta y progresiva. Los primeros recortes en sus medidas de estímulo se producirán antes de que termine el año.

En los demás mercados, el rendimiento del bono español a diez años ofrece hoy una rentabilidad del 0,30 por ciento. El “bund” alemán rinde un menos 0,35 y los bonos de Estados Unidos al mismo plazo un 1,28 por ciento. Hoy el Tesoro ha colocado 1.843 millones de euros en la subasta de letras a 3 y 9 meses. Sus rentabilidades apenas han variado respecto a la subasta anterior. Ambas se mantienen claramente con rendimientos negativos del menos 0,63 y del menos 0,58 por ciento, respectivamente. El Tesoro cobra a los inversores que colocan su dinero en títulos con vencimientos hasta 7 años. Pasado mañana la tesorería pública pondrá en el mercado deuda a tres, cinco y diez años.