España puede ser clave para el impulso de la fabricación de microchips en Europa
La pandemia ha puesto de manifiesto la dependencia de la industria europea de las materias primas que llegan de Asia.

España puede ser clave para el impulso de la fabricación de microchips en Europa
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La pandemia ha puesto de manifiesto la dependencia de la industria europea de las materias primas que llegan de Asia. Los problemas en las cadenas de suministros, los cuellos de botella, han obligado a paralizar la producción en muchas plantas. Un claro ejemplo lo dejan las fábricas de automóviles, por la falta de semiconductores, y cuyos ERTES pueden terminar afectando a más de 20.000 trabajadores en este 2022.
De hecho 2021 cerró prácticamente con las mismas matriculaciones que el 2020, en lo peor de la pandemia, sólo un 1% más de ventas, 859.477 unidades, y un 32% menos que en 2019.
La automoción, si se incluyen todas las actividades relacionadas con el sector, supone un 11% del PIB según BBVA Resarch y España es el segundo productor de Europa, después de Alemania, y el octavo mundial. Es evidente que una industria de tal peso no puede quedar al albur de imprevistos como los que ha traído la pandemia.
¿Qué papel puede jugar España en la fabricación de microchips?
“España puede asumir un rol muy importante sobre todo en la parte de innovación”, asegura Danny Moreno, presidente de la Asociación Industrial de Semiconductores de España y CEO de Wiyo. Añade este experto que las empresas del sector pueden dar el impulso necesario para alcanzar las nuevas tecnologías en los mercados actuales de semiconductores tanto en España, en Europa como a nivel mundial. Dice Moreno que a corto plazo, se podría aspirar a tener en nuestro país una fábrica que produjera los chips que usan los vehículos que necesitan una tecnología menos competitiva que la requerida, por ejemplo, para los dispositivos móviles.
España sólo diseña y comercializa, pero no siempre fue así
Europa es necesaria para el diseño de semiconductores, de hecho cuenta con algunas de las principales “fabless” (empresas dedicadas a la confección y comercialización) que proveen de prototipos únicos sin los cuáles no se podría fabricar. En España tenemos cuatro de esas “fabless”. Pero la producción se concentra en Taiwán, Corea, EEUU, Israel y China. Hubo un tiempo, en los ochenta, en el que una planta de Tres Cantos, en Madrid, sí fabricaba semiconductores pero dejó de ser competitiva.
Recuerda Danny Moreno que “hizo un error estratégico al no actualizarse tecnológicamente algo que hay que hacer en este sector cada 10 años”.
El impulso que Bruselas quiere dar en la fabricación de microchips puede ser una gran oportunidad para reducir la dependencia de España de proveedores exteriores y generar riqueza y empleo. La pandemia ha impulsado la facturación mundial del sector en casi un 20% según WSTS, la organización independiente de estadísticas del sector de los semiconductores.
                
                        
            
                    


