La Unión Europea quiere dar pasos firmes para conseguir la independencia estratégica en el terreno militar, y pesos pesados como Francia y Alemania creen que la opción sería la creación de un ejército europeo. La idea no es nueva, pero nunca se ha terminado de apostar por ella en serio. La UE tiene grupos de combate, un comité militar y una Agencia Europea de Defensa, lo que según el codirector del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria, Jesús Núñez Villaverde, “no da como resultado que el siguiente paso sea la formación de unas fuerzas armadas” europeas, porque “quedan muchos otros elementos políticos pendientes antes de pensar en tener ese brazo armado”.

Núñez Villaverde dice que “las creación de un ejército europeo es una necesidad si la Unión quiere ser algún día un actor relevante en el escenario internacional”, aunque añade que “a día de hoy es más bien una expresión de voluntad que una opción realista, puesto que los condicionantes que suponen crear unas fuerzas armadas realmente europeas no se dan en la realidad”. A su juicio, “no sería una realidad a corto o medio plazo, ya que hay países que apuestan por una autonomía estratégica, pero las naciones atlantistas prefieren que no se haga nada que pueda reducir la importancia de la OTAN, y hay otros que se definen como neutrales”. Entre estos últimos están Irlanda y Austria, que “difícilmente van a encontrar ninguna ventaja en una estructura de defensa”, señala.

Asegura el codirector del IECAH que “las fuerzas armadas no son más que el brazo armado de un poder político, de un gobierno”, y en la actualidad “en la Unión Europea no tenemos un gobierno digno de tal nombre”. “Si la UE tuviera voluntad política (de formar un ejército europeo) sería -después de Estados Unidos- la segunda potencia militar” del planeta, afirma. 

Tanto el presidente Emmanuel Macron como la canciller Angela Merkel han salido en apoyo de un ejército europeo empujados por la nueva actitud de la Casa Blanca hacia Europa y los movimientos de Rusia. Jesús Núñez Villaverde dice que es “preocupante” que no haya una motivación propia para crear un ejército europeo, y que se plantee ahora por “variables externas como los exabruptos y desprecios” de Donald Trump, y “la llamada asertividad y prepotencia” de Vladimir Putin.