Qué sensación tan grande cuando uno se deja sorprender ante la falta de expectativas; no por escepticismo, sino por mero desconocimiento, el cual supone un surco para dejarse seducir por la novedad.

Tras telonear a Reincidentes o Boikot en sus comienzos hace más de una década, Yeska visita la madrileña sala Trashcan para presentar El incendio, su cuarto álbum de estudio. Con el objetivo de descargar rock herenciano en la capital, cuentan con los chicos de Doble Rombo como teloneros; el descubrimiento de la noche.

Rafa Olmo y Pol Fontanet, por su parte, vienen desde Reus para dar a conocer su álbum debut A puño y letra, una declaración de intenciones bien definidas: reivindicar nuestro rock y demostrar que se puede abogar por un estilo clásico con apenas veinte años. El bombo “burniano” y el vínculo intergeneracional que se crea sobre el escenario despiertan el interés de quienes nos estrenamos en este directo, ávido de provocación en clave rombal.

El bolo comienza ante una sala a medio gas; ánimos sosegados que permiten poco a poco entrar de lleno en el concierto gracias al talante de estos chicos, aparentemente ajenos a los huecos de la sala.

La primera sacudida llega con la pegadiza “Maté a cupido”, momentos después de que Rafa pida “que nos movamos un poco, si puede ser”. Esta humildad de los catalanes bien merece el aplauso de quienes ya se arrancan a cantar, aún tímidos, “El centro de tu zen”, una de las canciones del disco que “mejor ha quedado”, tal y como confirma un verso de la misma.

Llega el turno para Adri de Desvariados, que sube al escenario en “Ya no quiero verla más”, tema que con seguridad sonará en su bolo conjunto en Barcelona a finales de año.

Uno de los momentos cumbre de la actuación llega con el séptimo corte del álbum, “Alma blusera”, elegante y descarnada al tiempo. Así son estas jóvenes promesas: llanas y sin estridencias ni imposturas, con la sonrisa radiante cuando así lo demanda el impulso del momento, a riesgo de perder la previsible imagen de tipo duro.

Antes de dar paso a “El cantante del Greco”, casi en la despedida, Pol dice adiós recreándose en el solo que abraza a un público más que ganado.
 

Los chicos de Yeska, por su parte, ya recogen sus frutos tras catorce años en la carretera, pilotados en ocasiones por grandes de nuestro rock como Fer Madina de Reincidentes.

Entre su poesía, desprovista de aderezos innecesarios y envuelta con tino en descargas eléctricas, nacen los seis cortes que constituyen El incendio, cuarto trabajo discográfico de los de Herencia, que se presenta con Veneno, la novela del cantante y guitarrista, Antonio Sarmiento; esta versa sobre la lucha por salir del barrio y labrarse un futuro.

Así nos la presenta el vocalista, recitando un fragmento que eriza la piel y hasta le hace temblar la voz, antes de dar paso a “Cabaret de damas libres”, un homenaje a la mujer incluido en Versos zurdos, su tercer disco de estudio.

Vuelta al álbum que nos ocupa con una canción etérea, que tiene madera de himno y que lleva por título “Asteroide B-612”, antes de prestar voz al “Me quedo contigo” de los Chunguitos con un cariz propio.

La conocida “Montescos y Capuletos” termina por arrancar los coros de un público entregado que, minutos después, asiste al lado más salvaje de los manchegos al ritmo de “Los chicos del barrio”.
 

¡Redoble de viernes!