Científicos británicos logran un parche que regenera el tejido cardíaco tras un infarto: un avance que podría cambiar la medicina
Ingenieros del MIT diseñan un dispositivo que libera fármacos de forma programada para restaurar la función cardíaca y reducir las secuelas del ataque al corazón

Madrid - Publicado el - Actualizado
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Un equipo de ingenieros del MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts) ha dado un paso de gigante en la medicina regenerativa. Han desarrollado un parche cardíaco inteligente que, una vez adherido al corazón, es capaz de reparar el tejido dañado por un infarto de miocardio. Este innovador dispositivo, que funciona como una tirita terapéutica, ya ha demostrado en pruebas con animales que puede reducir a la mitad la extensión del tejido dañado y mejorar notablemente la función cardíaca.
El gran problema tras un ataque al corazón es que el tejido necrótico no se regenera, lo que provoca una pérdida permanente de la capacidad del órgano para bombear sangre. El objetivo de este proyecto es cambiar ese paradigma. Como explican la meta es "restaurar esa función y ayudar a las personas a recuperar un corazón más fuerte y resistente después de un infarto de miocardio".
Un tratamiento programado en tres fases
El parche está fabricado con un hidrogel flexible y biocompatible, similar al material de las lentillas, lo que le permite adaptarse y adherirse a la superficie del corazón. Su verdadera innovación reside en su interior: unas diminutas cápsulas o micropartículas que contienen tres medicamentos diferentes. Estas cápsulas están diseñadas para disolverse a ritmos distintos, liberando cada fármaco en el momento preciso en que el corazón lo necesita para curarse.

Este sistema de liberación programada imita el proceso de curación natural del cuerpo. Primero, durante los tres primeros días, se libera neuregulina-1, un factor de crecimiento que protege a las células cardíacas de la muerte. A continuación, entre los días 7 y 9, entra en acción el factor de crecimiento VEGF, que estimula la creación de nuevos vasos sanguíneos. Finalmente, en la última fase (días 12-14), se dispensa una molécula que inhibe la formación de cicatrices, un tejido rígido que dificulta la contracción del corazón.
Resultados prometedores en laboratorio
Antes de probarlo en modelos animales, el equipo validó su eficacia en esferas de tejido cardíaco humano cultivadas en el laboratorio. Al simular las condiciones de un infarto, los parches lograron aumentar el crecimiento de vasos sanguíneos, mejorar la supervivencia de las células y reducir la fibrosis. Posteriormente, los ensayos en un modelo de rata con infarto mostraron mejoras espectaculares.
Los animales tratados con el parche mostraron una supervivencia un 33 % mayor que los grupos de control. Además, la cantidad de tejido dañado se redujo en un 50 % y el gasto cardíaco, un indicador clave de la salud del corazón, aumentó de forma significativa. El dispositivo actual está pensado para ser implantado durante una cirugía a corazón abierto, como un bypass, un momento ideal para intervenir directamente en la zona afectada.
El futuro del tratamiento postinfarto
El siguiente paso es probar la eficacia y seguridad del parche en modelos animales más grandes, un requisito indispensable antes de poder plantear ensayos clínicos en humanos. Dos de los tres fármacos utilizados ya han sido evaluados para tratar enfermedades cardíacas, lo que podría acelerar el proceso. El parche, además, tiene la ventaja de que se disuelve gradualmente en el cuerpo a lo largo de un año, sin necesidad de una segunda cirugía para retirarlo.

Aunque la versión actual requiere una implantación quirúrgica, los investigadores ya exploran vías menos invasivas. La visión a largo plazo es poder incorporar estas micropartículas de liberación programada en dispositivos como los 'stents', que se implantan a través de las arterias. De confirmarse su potencial, este avance podría suponer un cambio radical en el pronóstico y la calidad de vida de los millones de personas que sufren un infarto cada año en el mundo.
Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.



