Tenía 24 años y una hija pequeña de 3 cuando Beth Gaskin, natural de la ciudad británica de Bourne, decidió demostrar en una fiesta a la que habían acudido en su casa familiares y amigos, todas las galletas de la marca “Jaffa Cakes” que podían caberle en la boca.

Este tipo de galletas son similares a las clásicas redondas con chocolate.

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Llegado a cierto punto, Gaskin empezó a toser y salió disparada hacia el baño. Pasado un rato, sus amigos comenzaron a preocuparse y la encontraron tirada en el suelo del baño en situación de parada cardiorrespiratoria.

Llamaron a una ambulancia que nada pudo hacer por salvar su vida. Beth Gaskin fue declarada muerta a los 5 días en el hospital.

Su propia madre adoptiva, Michelle, ha narrado en una entrevista para el portal británico Mail Online que sabían que “estaba muerta antes de que llegara la ambulancia”.

Además, ha alertado de que el caso de su hija debe servir como recordatorio para otras personas que realizan este tipo de temeridades. “Hay mucha gente que lo hace con Marshmellows (nubes de gominola), incluso mi tía de 90 años lo hace con Maltesers” ha asegurado la madre de la fallecida en el diario inglés.