El Ayuntamiento de Polanco prestará ayuda legal a los vecinos de una urbanización de 130 viviendas en Requejada, para que puedan hacer frente a las obras de reparación de los problemas estructurales y a los vicios ocultos de la construcción detectados en la fachada y no cubiertos por el seguro, ya que la promotora quebró hace unos años.

Según ha informado este lunes el Consistorio, a mediados de la semana pasada apareció un gran grieta en la fachada y se cayeron cascotes, por lo que se procedió al corte inmediato y preventivo de la vía pública que da acceso a la estación de Requejada, para evitar accidentes por el desprendimiento de nuevos elementos sobre vehículos o personas.

Además se habilitó una entrada segura al edificio y a los garajes de los vecinos.

Una vez asegurada la zona de los desprendimientos, la alcaldesa, Rosa Díaz Fernández, se ha reunido con una representación de los vecinos de esta urbanización de Los Olivos, a quienes ha traslado todo el apoyo municipal para encontrar una solución a su problema.

Además, el Ayuntamiento está investigando a través de los servicios jurídicos en qué fase está el proceso concursal de la promotora en quiebra desde hace años y si ya estas viviendas han sido adjudicadas a algún banco o la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb), con el fin de que se les pueda reclamar las cuotas de la comunidad impagadas que asciende a varios miles de euros.

Díaz ha explicado que, además de los defectos estructurales, existe el problema añadido de que, al desconocerse qué entidad o entidades son las las propietaria de una parte importante de la urbanización, a la comunidad se le adeuda una importante cantidad de dinero y con sus recursos actuales no puede afrontar la reparación de los desperfectos detectados.

La alcaldesa ha lamentado la situación de esta numerosa comunidad de vecinos en Requejada y les ha transmitido todo el apoyo que legalmente sea posible desde el Ayuntamiento.

Además, se ha hecho un llamamiento a todos los vecinos del entorno a que se respeten las vallas de corte de la vía pública de acceso a la estación de tren -existen itinerarios alternativos-, pues hay personas que las retiran sin percatarse del importante peligro que ello puede entrañar y es necesario todos los días volver a colocarlas.