En la pandemia, Cáritas fue el refugio para muchas familias y ahora, cuando aún no se han recuperado, llega esta crisis de la subida de precios. La Iglesia vuelve a tener las puertas abiertas para los más vulnerables. De ello nos puede dar fe Pilar Ortega, voluntaria de Cáritas en Madrid: “Hemos salido de la pandemia y hemos entrado en esta crisis con los precios disparados en la vivienda, alimentación… y ahí está Cáritas al lado de quién lo necesite”.
Pilar explica que, aunque las cifras pueden parecer esperanzadoras, la mala situación de las familias se está cronificando: “Ha bajado un poco el número de personas que viene a Cáritas, pero el periodo que tardan en salir adelante es más largo”.
“El perfil es siempre parecido. Se ha notado que vienen familias recién llegadas a España que eso no pasaba, siempre eran familias extranjeras que llevaban ya un tiempo aquí. Necesitan todo: alojamiento, comida, los gastos de los suministros, si hay menores los gastos escolares… es una intervención integral”, explica Pilar Ortega.
¿Cómo afecta a Cáritas esta subida de los precios?: “Cáritas tiene cuatro centros de distribución de alimentos en Madrid y un economato solidario, pero también reciben ayuda desde las parroquias. Todo el precio que ha subido, lo que ha subido lo asume Cáritas porque las familias llegan a donde llegan”.
Según la opinión personal de Pilar, y basada en su larga experiencia como voluntaria de Cáritas, el pronóstico para el futuro de las familias españolas más vulnerables es desalentador: “La situación es muy difícil, se han disparado los alquileres y no tienen donde vivir. Creo que la situación empeorará”.
Cuando no queda nada, ahí está la Iglesia